BRUSELAS, Bélgica (El País). El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, anunció que los Veintisiete han alcanzado un acuerdo sobre el marco presupuestario de la UE para los próximos siete años (período 2014-2020). “Valió la pena esperar”, ha comentado Van Rompuy, mediante un mensaje en Twitter y en referencia a las más de 24 horas que ha durado la maratoniana negociación.Tras una noche de tensa pugna política, el presidente del Consejo Europeo presentó el viernes a las 6.30 una propuesta que constituyó la base del acuerdo y que representa, por primera vez, una contracción en términos reales del presupuesto comunitario. Reino Unido, Alemania y otros países del norte empujaron a fondo para lograr una contención en el gasto. Por el otro lado, países del sur y el este del continente intentaron defender el nivel de gasto.El acuerdo es un juego de contabilidad imaginativa con el que Van Rompuy trató de contentar a todos: plantea un techo máximo de compromiso de gastos de 960.000 millones -13.000 millones inferior a su anterior propuesta-. El presidente francés, François Hollande, argumentó que esa cifra era “el umbral más alto que se podía alcanzar”. El propio Van Rompuy admitió que se trata de un acuerdo “modesto”. “Era el único posible”, dijo.Sabedor de que los halcones del ahorro británicos no se iban a contentar con ese recorte, Van Rompuy redujo hasta 908.000 millones el tope de pagos. Esa cifra representa un recorte con respecto al septenio anterior (2007-2013) de 33.000 millones de euros.La canciller de Alemania, Angela Merkel, consideró que el acuerdo alcanzado sobre el presupuesto de la UE para 2014-2020 es “bueno”, porque es solidario y justo y combina el impulso al crecimiento, el empleo y la competitividad con la consolidación fiscal. “El resultado es bueno porque se centra en tres ejes: más crecimiento, competitividad, empleo, es decir invierte en el futuro. Los techos de compromisos y pagos se ajustan a los esfuerzos de consolidación y es justo para los contribuyentes netos”, dijo Merkel.Esfumado cualquier intención europeísta, cada país defendió a cara de perro sus intereses. Rajoy se centró en impedir que los nuevos recortes afectaran a las 2.750 millones que Van Rompuy le prometió en noviembre en fondos de cohesión y los 975 para ayudas agrícolas. Pero, sobre todo, peleó para que el anunciado fondo para combatir el desempleo juvenil, del que España aspira a llevarse casi un tercio, no solo esté bien dotado (entre 3.000 y 5.000 millones) sino que se nutra con “dinero fresco”; es decir, que no se pretenda, una vez más, dar gato por liebre y vender como nuevos unos fondos ya comprometidos solo por cambiarles la rúbrica. Su objetivo es que España siga siendo receptor neto de fondos europeos en el próximo septenio, en contra de lo que se daba por seguro en noviembre.Rajoy se reunió con Angela Merkel, la tercera vez en doce días; lo que no es demasiado, ya que la voz de la canciller alemana pesa tanto como la de los restantes 26.





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