BUENOS AIRES (NA y Medios digitales). La directora general de Cultura y Educación bonaerense, Nora de Lucía, apartó de sus cargos a las inspectoras regional y distrital de San Isidro hasta que concluya la investigación por las denuncias por maltratos de niños por parte de un grupo de padres contra docentes y autoridades del jardín Tribilín. De Lucía dispuso la medida para que se determine la presunta responsabilidad de las funcionarias públicas en el hecho.La suspensión recayó sobre la inspectora Mónica Seal, titular de la Región IV, que abarca los municipios de San Isidro, San Fernando, Tigre y Vicente López; y Patricia Naso, referente distrital de San Isidro. A su vez, la Dirección de Educación presentó una denuncia penal contra las maestras y directivos del jardín.Por su parte, Hernando Sirera, asesor legal del citado jardín, salió ayer en defensa de las maestras involucradas en el caso al señalar que son víctimas de constantes amenazas y criticó al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, por calificar de delincuentes a los dueños del establecimiento. En la jornada del pasado miércoles, el lugar fue allanado por orden de la Fiscalía de San Isidro, en un procedimiento judicial donde efectivos de la Policía tuvieron que violentar la puerta de entrada para ingresar al lugar.Durante el allanamiento ordenado por el fiscal Franco Servidio que se extendió desde las 18.40 hasta cerca de las 21.30, los efectivos secuestraron dos computadoras, cinco cajas con carpeta, folios y documentación. Al respecto, Sirera aseguró que la llave del lugar no fue suministrada para el allanamiento porque no fue solicitada por quienes llevaron adelante el procedimiento. Además, el asesor legal del jardín “Tribilín” enfatizó que “la Justicia es la que va a decir si hubo o no maltrato”. “No hay que sobredimensionar las cosas. Para algo están las pericias”, agregó.También mencionó que “las maestras están resguardadas porque son amenazadas permanentemente”. Además, calificó de “reprochable” a los términos utilizados por el intendente Posse, quien en la víspera dijo que las personas que estaban al frente del jardín de infantes “Tribilín” y fueron denunciados por maltrato contra alumnos, son unos “delincuentes”. “Es exagerado y fuera de lugar decir que los dueños son delincuentes”, indicó.En cuanto a la falta de habilitación que tenía el lugar, Sirera explicó que “hace 16 años la habilitación tenía un modo de ser que hoy son diferentes”. “Los directivos me dijeron que nunca recibieron una notificación que había que revertir esa habilitación”, agregó. “Había saña y algo patológico”El ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, se refirió al aberrante episodio que afectó a un grupo de menores de edad en la provincia de Buenos Aires. “Cualquiera que lea las desgrabaciones se horroriza”, aseguró. El titular de la cartera educativa analizó de manera contundente el tema del maltrato a los niños en un jardín de infantes de San Isidro, donde un padre grabó los insultos y amenazas que los menores de edad recibían de parte de maestras y auxiliares. “Ahí había una cosa de saña, algo patológico. Cualquiera que haya leído las desgrabaciones se horroriza porque piensa que esto les puede pasar a sus hijos o nietos”, consideró Sileoni. El funcionario dijo tener conocimiento de que “la Provincia y el Estado local están haciendo lo que tienen que hacer” para establecer responsabilidades en los hechos sucedidos en el jardín Tribilín. “En esa edad la educación es amor, pero también tiene elementos educativos. Por eso tiene que estar en manos de profesionales, de maestros. El nivel inicial tiene cada vez más rigor”, agregó. Un niño se altera al oír la palabra agua Sandra Rodríguez, madre de uno de los niños que asistía al jardín “Tribilín” de San Isidro, dijo ayer que su hijo se altera cuando escucha la palabra “agua”.“Nombramos la palabra agua y me dice mamá, al agua no”, dijo la mujer y agregó que se tiene que “meter en la ducha con él para bañarse porque no quiere ir al agua”. “Siento un dolor muy fuerte, no llego a caer, tengo mis padres en el interior y no los pude ir a ver, estamos todos muy dolidos, me gustaría que haya sido una pesadilla, un sueño y que esto no haya ocurrido”, manifestó la mujer con la voz quebrada por el llanto.“Era tranquilo y se volvió agresivo”, señaló González en declaraciones al canal de noticias TN y explicó que el niño será sometido la semana próxima a la Cámara Gesell, en el marco de la investigación que se inició en los tribunales de San Isidro.“Mi hijo es uno de los chiquitos que aparece en la grabación, es al que le dicen querés ir a la pileta porque lloraba y a la media hora se le cae la papa y siento que le pegan un cachetazo y llora desesperado y pide al agua no. Escucharlo es muy duro”, manifestó González. La mujer explicó que “no podía estar más en Buenos Aires” y viajó a la casa de sus suegros “para resguardarme y que él se olvide”, dijo en referencia a los hechos vividos por el niño.González señaló que está buscando ayuda psicológica y explicó que pensaba cambiar al niño “este año de jardín y no lo hice antes porque creía que se quedaba en un lugar cálido, no lo quería llevar a otro porque tiene una estructura educativa más grande”.“Me gustaría que esta gente no se le acerque más a un niño, que no toque más un chico, no puedo entender cómo hacían esto, si algunas tienen hijos”, añadió.La causa contra el jardín maternal “Tribilín” salió a la luz cuando un padre logró grabar a las maestras ante la sospecha de que su hijo era maltratado.





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