POSADAS. Con financiamiento internacional a través del Programa Nacional de Servicios Agrícolas Provinciales (Prosap), la Estación Experimental del Inta en Cerro Azul tendrá en pocos meses en funcionamiento una “Planta Piloto Polivalente para el Procesamiento de Frutas”. En la iniciativa participan además la Cooperativa Alto Uruguay (CAUL); la Escuela Agrotécnica Eldorado; la Fundación DINCyT; la Cooperativa Yerbatera y Tabacalera Rincón de Bonpland Limitada; y la Provincia.Para desarrollar el proyecto, las partes se unieron para crear la Asociación para el Desarrollo de la Fruticultura Misionera. En esta planta experimental de procesamiento de frutas, se buscará conocer el potencial que tiene la industrialización de la pulpa de frutas como el ananá y el mamón; o el jugo de la uva en el mercado gastronómico.Rodrigo Nuñez Hinostroza, coordinador técnico por el Inta, explicó a PRIMERA EDICIÓN que de cumplirse con los objetivos, la planta en construcción servirá para un futuro desarrollo a gran escala del mismo proceso en la CAUL y la cooperativa de Bonpland. Y la maquinaria adquirida pasará a constituir una “plataforma tecnológica para el desarrollo de nuevos productos, proyectos, capacitación de alumnos terciarios o universitarios de Misiones”.EquipamientoComenzado 2013, llegaron algunos equipamientos a la EEA Cerro Azul, pero no serán todos. Actualmente, según Nuñez, se ultiman las acciones administrativas para la compra del resto, totalizando unos 900 mil pesos de inversión. “Lo que tiene de interesante es que la maquinaria que se va a utilizar es la que se utiliza en la gran industria. Pero en este caso es a escala reducida”, indicó el técnico.En funcionamiento, la planta puede tener una capacidad de procesamiento de 2.300 a 2.400 kilos de fruta por día. “Es algo mínimo, lo cual no deja de ser interesante”, agregó Nuñez.“Las maquinarias se atrasaron. Teníamos planificado terminar las compras a fines de noviembre. Las importaciones que se han cerrado (que fue relativamente bueno para las empresas metalúrgicas del sector alimenticio); para nosotros representaron un panorama bastante negativo, porque hay mucha demanda y ante la respuesta técnica que nos tenían que dar, tardaron más de lo planificado, con lo cual nos atrasamos. Y además, algunos equipos requerían esfuerzo adicional porque se necesitaba un rediseño. Las empresas trabajan a una mayor escalar y solicitarles equipos a menor escala requería una reingeniería. Fundamentalmente fue en un pasteurizador, en una despulpadora que necesitaban acomodar las dimensiones para la capacidad que nosotros les estábamos solicitando”, explicó.La intención de la flamante Asociación para el Desarrollo de la Fruticultura es contar en abril con todo el equipamiento necesario.Ananá, mamón y uva El retraso en la adquisición del total de la línea de maquinarias para industrializar la fruta preocupó a los técnicos por la estacionalidad de los productos con los que pensaban iniciar el proceso experimental. “El problema es que trabajamos con productos estacionales, frutas que tienen un período de maduración que uno debe aprovechar o esperar hasta el próximo año. Creemos que podrá haber algunas frutas con las que podremos comenzar a poner a punto la maquinaria y no es tarea sencilla, pero para ello necesitamos producto. En el transcurso de 2013, llegada la nueva temporada de frutas, va a estar todo ajustado para empezar a elaborar los productos como pulpa de ananá, pulpa de mango y jugo de uva”, confió Rodrigo Nuñez. Con esos tres productos, la intención es hacer diferentes subproductos de ellos, “porque son pulpas pasteurizadas, pulpas congeladas, jugos turbios y límpidos. Y hacer las pruebas de comercialización en nichos de mercado que ya se han identificado”, anticipó.“Hay empresas que están importando este tipo de productos, porque son pulpas genuinas. En el mercado se pueden conseguir pulpas pero no son genuinas. Están las de mamón o papaya a las que se les agregan saborizantes y colorantes”, confió el especialista.Según Nuñez Hinostroza, “las pulpas genuinas tienen un mercado muy puntual, con un nivel de adquisición elevado, destinadas a cadenas gourmet, heladerías artesanales, coctelerías, que buscan este tipo de productos”.Con esos datos de prueba y comercialización, más el análisis de mercado para el que resta contratar un especialista que haga un sondeo de mercado con datos primarios); se llegaría a “poder hacer un estudio de prefactibilidad y factibilidad” del procesamiento de la fruta misionera.Objetivos finalesCon todos los datos y estudios previos, de contarse con la factibilidad de los mismos, se busca que las dos cooperativas participantes en la iniciativa puedan comenzar a desarrollar la misma actividad en gran escala. “En el caso de la CAUL se estaría contemplando la adquisición de este tipo de maquinarias pero a mayor escala y en el caso de la cooperativa de Bonpland es montar una pequeña planta”, explicó Rodrigo Nuñez Hinostroza.Con ese paso concretado, “la capacidad e infraestructura queda instalada y como equipo de trabajo de frutales, lo que pretendemos es desarrollar la fruticultura y es casi impensable hacerlo sin una industria que la acompañe. La idea es que no solo funcione para investigación y experimentación, sino que se pueda utilizar como plataforma tecnológica para el desarrollo de nuevos productos, proyectos, capacitación de alumnos terciarios o universitarios de Misiones. Innovar en la agroindustria de frutas”, afirmó.





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