SAN IGNACIO. Tamaña sorpresa se llevaron tres jóvenes que regresaban del ensayo de la comparsa, cuando se toparon un bultito y era nada menos que un bebé recién nacido. El pequeñín estaba en plena calle Bolívar de esta localidad, una arteria relativamente céntrica, con una cartita de la mamá que, desesperada y seguramente sin saber qué otra medida tomar, escribió que no lo podía tener porque no tiene dinero ni medios para darle una vida digna. En la carta sí dijo que su nombre es “Ezequiel”. Todo ocurrió el sábado, alrededor de las 21, cuando Sebastián, de 21 años; Jorge, de 26, y Rodrigo, de 16, regresaban a sus casas luego de una ardua jornada de ensayos para los carnavales que se avecinan. Nunca hubieran imaginado que los esperaba una sorpresa increíble en ese trayecto. Apenas salieron de su asombro, los tres decidieron acertadamente llevar al bebé al hospital para que reciba la atención médica correspondiente.Ya una vez en el centro de salud no dudaron en disponer todos los medios para practicarle estudios y el parte médico daba cuentas que se trataba de un recién nacido, de 41 centímetros de largo, sexo masculino y con 2.000 gramos de peso (2 kilos). Además dio fe de “reactivo rosado y buena secuencia cardio respiratoria”, un bebé “chiquito pero sanito”, fue la conclusión de todos los que lo vieron. Hasta anoche, Ezequiel seguía internado en el hospital en observación permanente de médicos y enfermeras. SorprendidoEl guardia de seguridad del hospital, Hugo Duarte, fue uno de los más sorprendidos ayer cuando llegó a su trabajo, a las 19, y se encontró con la noticia. “Me sorprende muchísimo, esta noche (por anoche) estaré al cuidado del bebé. Seré su única vía de seguridad mientras que la enfermera de guardia le dará los cuidados pertinentes”, dijo a PRIMERA EDICIÓN por vía telefónica. Duarte estaba realmente consternado con la noticia a pesar de que reconoció que “San Ignacio tiene mucha gente humilde y casos como este se vieron muchas veces” y espera que la Policía encuentre a su madre muy pronto. Es que quizás es joven -o no- pero sí en medio de la ignorancia y el temor de no darle lo mejor a su hijo la obligaron a dejarlo así, sanito, apenas con unas horas de nacido y con una cartita con lo que creyó fundamental: el nombre y el por qué de su decisión. Movilización de ayudaLa ternura que genera un bebé y las ganas de contenerlo no se hicieron esperar. La primera en llegar al hospital fue Edith Da Silva, quien trabaja ad honórem en el área de Acción Social de la Municipalidad. Edith contó que “apenas nos enteramos de la noticia fui a ver qué necesitaban para darles una mano”. El centro de salud tenía leche, pero no contaba con pañales, aceite, toallitas higiénicas y ropita, algo que estuvo a cargo de la docente voluntaria del pueblo. Seguramente muchos más vecinos se acercarán hoy para ofrecer su colaboración para la indefensa criatura. Respecto a lo que le depara el destino a Ezequiel nadie lo sabe aún, pues cuando pase el período de observación médica tendrán que decidir quién quedará a su cargo. Mientras tanto, la Policía seguirá con las investigaciones del caso para localizar a la mamá y quizás Ezequiel tenga una vida feliz junto a su madre, pero recibiendo ayuda por parte del Gobierno para que no pasen privaciones y sí pueda llevar una vida digna como lo merecen todos los seres humanos.





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