El Hogar de Niños “Divina Misericordia” de Montecarlo acompañó durante este año el inicio de nueve procesos de adopción que permitieron a niños y niñas comenzar una nueva etapa junto a familias adoptantes de Misiones y otras provincias.
Según detalló Gabriela Rojas, integrante de la Comisión Directiva, cada salida implicó un trabajo previo sostenido y un impacto en el ritmo diario del hogar.
“Significa mucho para nosotros que se hayan dado tantas adopciones, porque ese es nuestro trabajo, ser el proceso de los niños y tratar de que lo pasen lo más lindo posible mientras están con nosotros”, expresó Rojas. En ese sentido, aseguró que cada adopción “es una revolución, porque todos están esperando lo mismo”.
“Se trata de acompañarlos y hacerles entender que tienen distintos tiempos, que hoy es un compañero el que se va, pero que en cualquier momento puede ser el turno de ellos”, explicó Rojas.
El contacto con quienes ya fueron adoptados “depende de sus nuevas familias, en general sigue, mandan fotos y hasta hacen videollamadas, porque algunos estuvieron bastante tiempo con nosotros y es lógico que extrañen”, contó Rojas, y agregó que “eso es gratificante, porque significa que pasaron buenos momentos en el hogar, y que quieren saber de sus compañeros”.





