El monte misionero tiene sus propios códigos. Y el sábado 20 de diciembre, en las afueras de Montecarlo, el silencio de la selva terminó traicionando a quienes intentaban ocultar un cargamento millonario. A apenas 100 metros de la ruta nacional 12, a la altura del kilómetro 1527, la vegetación escondía un gigantesco campamento narco donde descansaban más de tres toneladas y media de marihuana, listas para su traslado.
No fue un hallazgo azaroso. Cerca de las 18 horas, efectivos de la División Drogas Peligrosas de la Unidad Regional XV, que realizaban recorridas preventivas y tareas de observación, advirtieron trillos recién marcados y movimientos inusuales que rompían la quietud del paisaje rural. Señales mínimas, pero suficientes para un ojo entrenado. La sospecha derivó en un rastrillaje minucioso en el sector, sin descartar que los encargados del resguardo huyeran al advertir la presencia policial.
Lo que apareció entre la maleza fue una postal clara de la logística narcocriminal a gran escala, 144 bultos, envueltos en bolsas de arpillera y polietileno negro y celeste, formaban un punto de acopio cuidadosamente montado. En su interior, ladrillos de sustancia vegetal compactada aguardaban el momento oportuno para salir del monte.
Las pruebas de campo confirmaron que se trataba de marihuana, con un peso total de 3.573,300 kilogramos, cuyo valor estimado asciende a 13.300 millones de pesos, una cifra que no solo dimensiona el volumen incautado, sino también la capacidad operativa y financiera de la organización detrás de la maniobra.
Según la investigación, el lugar funcionaba como un “enfriadero”, una pausa estratégica dentro de la cadena delictiva. En esta modalidad, la droga permanece oculta en zonas de monte hasta que se presentan condiciones favorables para su traslado, reduciendo riesgos y eludiendo controles. Es un juego de paciencia y cálculo: mejor dejar la mercadería a la intemperie que moverla sin garantías.
El procedimiento no dejó detenidos. La espesura del monte suele ofrecer segundos decisivos de ventaja a los cuidadores, que logran desaparecer ante el primer indicio de un operativo. Sin embargo, la causa avanza rápidamente por el carril judicial. La Fiscalía Federal dispuso el trámite ordinario por infracción a la Ley Nacional de Estupefacientes Nº 23.737 y ordenó profundizar la investigación.
Mientras tanto, la Policía de Misiones mantiene un intenso operativo en la zona, con patrullajes permanentes, rastrillajes terrestres y apoyo de drones, en busca de campamentos secundarios y rastros que permitan identificar a los responsables logísticos. El objetivo ya no es solo el decomiso, sino desarticular la red que logró acopiar semejante volumen de droga a metros de una de las rutas más transitadas de la provincia.





