En pocos meses, el proyecto solidario Raíces y Alas, que todos los sábados visitaba hogares de adultos mayores para acercar juegos y actividades, amplió sus horizontes y lleva compañía a nuevos espacios.
Además de un club de lectura en el Hospital Pediátrico, organizan un festival de juguetes a beneficio del merendero Los Hermanos y formaron alianzas con bibliotecas y espacios educativos.
La principal testigo de ese crecimiento es Nohely Marquina, fundadora y coordinadora de Raíces y Alas, quien aseguró en diálogo con PRIMERA EDICIÓN que la idea nació como una vía personal para “devolver a mi comunidad todo lo que me da”. El tiempo lo transformó en un objetivo más grande.

Equipo que crece
Hoy, los voluntarios activos se reparten semanalmente entre el hogar de adultos mayores San José, el Hospital Pediátrico y el merendero Los Hermanos.
Cada visita puede incluir música, juegos, lectura o actividades recreativas: todo se adapta a sus destinatarios y lo que quieran hacer. Así ocurrió en la primera visita del Club de Cuentos, que desde mitad de noviembre lleva libros y lectura al Hospital Pediátrico.
Marquina contó que fue una “experiencia desafiante”, porque durante y después de esa visita tuvieron que ajustar las dinámicas que habían pensado para el club. Por ejemplo, cuando encontraron niños muy pequeños o en tratamientos delicados, cambiaron la lectura por juegos simples.
Un punto clave para hacer realidad estas jornadas de lectura fue la alianza con la Biblioteca Popular 2 de Abril y su encargado, Beto Rivas, quien brinda apoyo con libros y orientación para desarrollar las actividades.
Y ese trabajo en conjunto trajo nuevos vínculos para Raíces y Alas: en la biblioteca 2 de Abril se conocieron Marquina y la responsable del merendero Los Hermanos, Nadia, quien compartió su historia y dificultades cotidianas.
Así surgió otro espacio amigo y, desde entonces, Raíces y Alas ofrece su apoyo al merendero con alimentos, apoyo escolar y actividades recreativas para los 20 niños que asisten.
Marquina consideró que llevarles lectura “es llevar cultura a sectores vulnerables, fomenta también darles a estos niños el atreverse a soñar”, ya que “muchos de ellos se encuentran en contextos problemáticos, donde no tienen esa guía académica o con padres que aún no pudieron terminar la secundaria por diferentes factores”, explicó.




