La pesca es una tradición y una pasión. Ambas son compartidas por Enrique König, quien además tiene la enorme alegría de vivirlo junto a su Pablo, un equipo que viene coronarse campeón del Torneo Interno del Club Náutico Montecarlo.
En el marco del Día Mundial de la Pesca, que se celebra cada 21 de noviembre, el pescador de 75 años repasó una vida entera ligada al río. “Para mí la pesca es un fusible. Cuando me interno al río es algo muy lindo, muy grande, muy gratificante”, contó en la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Aunque muchos la llaman “el deporte del silencio”, Enrique dijo que en el bote deben escuchar música mientras esperan el pique indicado.
Sobre sus inicios, König relató que empezó a pescar de la mano de su padre, a los 10 años. “En aquella época íbamos a la costa y sacábamos una serie de pescaditos”, recuerda. Con el tiempo, ya se subió a una embarcación que lo llevaron a conocer nuevas especies y técnicas.
Todavía recuerda con mucha emoción cuando capturó su primer dorado. Fue en la segunda salida al río en lancha, porque “en la primera salida lo sacó mi amigo. Después me tocó a mí, y fue una alegría muy grande”, afirmó. En esos años, la pesca del dorado se hacía con trolling y señuelos metálicos conocidos como “cucharas”.
El montecarlense detalló que en los años 60-70 se pescaba “a la bolsa” y que luego se presentaban las piezas capturadas al final de la jornada. “Hace varios años implementamos la pesca con devolución”, explicó. En la actualidad, cada pieza debe mantenerse viva hasta llegar a los fiscales, quienes la miden antes de devolverla al río.
La pasión familiar
El reciente campeonato del Interno de Montecarlo lo halló compitiendo junto a su hijo Pablo y la alegría es aún mayor. “Para mí es muy gratificante pescar con él, mientras me aguante seguramente estaremos pescando juntos”, sonrío.
Además de competir, König dirige una escuelita de pesca con 35 chicos de entre 6 y 16 años. “Los chicos reciben instrucciones sobre el comportamiento entre pescadores: no deben empujarse, no deben decir malas palabras y no deben usar el celular en horario de pesca”, detalló.
Y agregó que luego están las prácticas de lanzamiento, corrección de plomos cruzados, armado de equipos y elección de plomadas. “Cuando ya entienden perfecto cómo pescar, los hacemos competir en distintos lugares para que se fogueen”, manifestó.
A siete décadas de su primera caña, Enrique König sigue emocionándose cada vez que siente un pique y el 2025 lo encuentra celebrando un título junto a Pablo, su mejor compañero de aventuras en el río.




