La historia del emprendimiento de Victoria Narváez no es muy diferente al de otros emprendedores, ya que nació de la necesidad de generar un ingreso extra. El proceso de Mate y Mandioca no fue sencillo, pero el presente es de mucho disfrute.
“La idea surgió a raíz de decir, a ver qué podemos generar y creo que a todos los argentinos nos pasa un poco eso de emprender para tener un ingreso extra y hacer algo que nos divierta”, contó Victoria en la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Junto a su esposo Guido, buscaron vincular la región con la gastronomía y decidieron apostar a la comida regional, incluso sin ser cocineros profesionales.
Victoria contó que “nació a raíz del reviro, del mbeyú y de las chipas de almidón”. Y como emprendedora, tuvo dudas y temores. Lo primero fue preguntarse: ¿qué tengo para dar el paso?”, y así fue el inicio “con un horno convector y una mesada de aluminio. Y con eso empezamos”.
Una vez que el emprendimiento se comenzó a conocer a través de las redes sociales, las ventas empezaron a ser cada vez más y llegaron las invitaciones para ferias y contrataciones para eventos. “Se generó ese vínculo de que llevar un poquito el servicio al consumidor final, con el producto calentito”, indicó.

El miedo de emprender
Narváez reconoció que el proceso está cargado de emoción, pero sobre de incertidumbre, porque cuando uno emprende “sabes que empezas así, pero no sabes cómo terminas. Para nosotros es un desafío y una aventura”, dijo.
Agregó: “Para mí esto es animarse a desafiarse a uno mismo. A veces te genera incertidumbre, de no saber si invertir en tal cosa, entonces hay que avanzar paso a paso e ir construyendo el caminito”.
Mbeyú relleno, la gran estrella
Ante la consulta de qué producto es lo que más vende, Victoria no dudó ni un segundo y exclamó: “el mbeyú de jamón y queso”.
Pero, no el único producto, además, ofrecen chipa so’o (con carne), rellena con jamón y queso y otros alimentos regionales.
Ahora preparan un lanzamiento para los próximos días. “Estamos planificando la pizza de mbeyú”. “Lo más noble es el almidón de mandioca y hay que ir innovando”, aseguró.
Finalmente, la mujer destacó que “el emprendedor misionero se apoya muchísimo”, y también observó que hay mucho apoyo de parte de Desarrollo Emprendedurismo en Misiones.
El crecimiento de la marca llegó de la mano de una alianza con una empresa de Iguazú, con quienes desarrollan todos los productos, en una planta de producción que les permite vender el “mbeyú congelado, envasado al vacío y con registros nacionales”. Los productos pueden conservarse seis meses, lo que abre nuevas posibilidades de comercialización.
Mate y Mandioca está en todas las redes sociales, pero también se puede encontrar su stand todos los jueves en la Plaza San Martín de Posadas, cargados de chipas y mbeyú calentitos para saborear lo mejor de la gastronomía regional.




