Comandante Andresito se consolidó como el principal polo de producción orgánica de yerba mate en la provincia de Misiones. En esta localidad del nordeste provincial, productores, cooperativas, la EFA y técnicos de INTA trabajan de manera articulada para impulsar un modelo que combina valor agregado, sustentabilidad y compromiso ambiental.
Rodrigo Kramer, profesor en Ciencias Agrarias y técnico de la Agencia de Extensión Rural de INTA en Andresito, acompaña desde hace años este proceso que hoy posiciona a la zona como referente nacional. “Con el grupo que tenemos en producción somos una de las áreas de mayor producción de yerba mate orgánica del país. Actualmente logramos certificar, junto a INTA, más de 300 hectáreas de yerba”, destaca.
El crecimiento se explica por el interés creciente de los productores en diferenciar su producto y acceder a nuevos mercados. “Cada vez hay más gente que consulta, que busca información. La situación actual del sector hace que productores e industrias busquen alternativas para darle valor agregado a la yerba, y la producción orgánica aparece como una gran oportunidad”, señala Kramer.
El proceso comenzó a partir de un grupo de Cambio Rural que decidió continuar trabajando en conjunto cuando el programa finalizó. “Desde entonces mantuvimos la modalidad de trabajo colectivo. Acompañamos al grupo en la parte técnica y también en la administrativa, que es muy compleja. Hacemos de manera conjunta los planes de producción anual y su renovación”, explica. Uno de los actores claves en este esquema es la Escuela de la Familia Agrícola (EFA) local, que no solo produce yerba orgánica sino que también forma a jóvenes con una mirada sustentable. “La EFA es un actor muy valioso. Trabajamos con ellos en extensión y logramos un impacto importante, porque los hijos de los productores llevan a sus casas ese conocimiento y esa forma de producir”, resalta Kramer.
El manejo orgánico implica un enfoque integral, basado en el cuidado del suelo y la biodiversidad. “Seguimos apuntando al manejo del suelo con cubiertas verdes, el monitoreo de plagas, control natural y manejo nutricional. También, fomentamos la arborización dentro del yerbal, donde los árboles cumplen un rol ambiental clave, aportando sombra, biodiversidad y espacio para las aves”, describe el técnico.
Entre las experiencias destacadas, menciona la incorporación de ovejas como estrategia de manejo. “En la EFA se trabaja con yerba orgánica y ovejas para el control de malezas. Además, la carne se utiliza en el comedor escolar y los excedentes se venden en la zona. Es una práctica muy positiva porque combina producción sustentable con rentabilidad y valor agregado”, apunta Kramer.
El avance de la producción también generó un entramado de comercialización más sólido. “El grupo inicial cuenta con el acompañamiento de la Cooperativa Andresito, que tiene un secadero certificado. Además, se sumaron otros secaderos privados y una nueva cooperativa, Colonia Itatí, que está en proceso de certificación”, comenta. Esta articulación permite que los productores tengan mayores opciones para colocar su producción y responder a una demanda que no deja de crecer. “Hoy hay muchísima demanda y muchas consultas de compradores interesados en yerba orgánica”, agrega.
Egon Zimmer, es tesorero de la Cooperativa Colonia Itatí y se desempeña también como vicepresidente del Consejo Asesor Local (CLA) de INTA. “Como productor pude ver que el sistema funciona y decidí comenzar el proceso de transición a la producción orgánica en el yerbal. Luego, esta experiencia se amplió con integrantes de la entidad y hoy somos 17 productores en proceso de transición. A su vez, en febrero tendremos la certificación orgánica de nuestro secadero”, comparte Zimmer.
“La producción orgánica trae beneficios tanto directos como indirectos. Es una producción que no solo mejora en aspectos de salud y sustentabilidad sino que también es más rentable, haciendo nuestra producción más competitiva”, destaca el vicepresidente del CLA de Andresito.
El rol de INTA ha sido central en este proceso. “Hay que resaltar el trabajo conjunto con los productores. Desde un principio estuvimos acompañando tanto en la parte productiva como en la administrativa, que muchas veces resulta difícil para los pequeños productores”, subraya Kramer. El desafío de certificar no es menor: “Toda certificación requiere el aval de una empresa privada, lo que implica un costo que los productores hoy están asumiendo. Eso hace que valoren mucho su trabajo y la implementación de las recomendaciones técnicas”.
El resultado es un modelo de producción que conjuga conocimiento, compromiso y sostenibilidad. “En todo este proceso vemos el avance técnico y humano de los productores. En Andresito se está demostrando que es posible producir yerba mate en forma sustentable, amigable con el ambiente y económicamente rentable”, concluye Kramer.
Para agendar
El próximo jueves 27 de noviembre por la mañana se realizará una jornada de capacitación en la EFA Santa María Goretti de Comandante Andresito donde se abordará la producción de yerba mate orgánica en articulación con la cría de ovinos para el control natural de malezas, entre otros temas.
Colaboración: Francisco Pascual y Martín Ghisio





