El 22 de octubre de 1945, el entonces secretario de Trabajo y Previsión de la Nación y luego tres veces presidente Juan Domingo Perón se casaba con la actriz María Eva Duarte, que para muchos fue “el primer acto revolucionario del justicialismo”.
Fue poco después de que Perón estuviera preso y custodiado en la isla Martín García. En ese contexto, escribió una carta a su “mano derecha” Domingo Mercante en la que le expresaba su determinación de casarse cuando terminara el encarcelamiento. Entonces llegó la movilización popular que desembocó en su liberación y el que hoy conocemos como Día de la Lealtad.
Apenas cinco días después de ese histórico 17 de octubre, los novios dieron el sí ante el Registro Civil de Junín (Buenos Aires), hasta donde viajaron acompañados por sus testigos: el coronel Mercante y Juan Duarte, hermano de Evita.
El Acta 182 del Registro Civil de Junín dice: “En la ciudad de Junín en la provincia de Buenos Aires, a veintidós de octubre de mil novecientos cuarenta y cinco, ante mí, Hernán Antonio Ordiales, Jefe de la Sección Primera del Registro Civil, comparecen don Juan Domingo Perón, de cincuenta años, nacido en Lobos de esta provincia el 8 de octubre de 1895, domiciliado en la Capital Federal y ex profeso en esta, de profesión militar, estado soltero, hijo de don Mario Tomás de Perón, fallecido en la Capital Federal el diez de noviembre de mil novecientos veintiocho, y de doña Juana Sosa, argentina, de profesión quehaceres domésticos, domiciliada en territorio nacional de Chubut, y doña María Eva Duarte, de veintitrés años, nacida en esta ciudad el 7 de mayo de 1922, domiciliada en la calle José Arias ciento setenta y uno, de profesión artista, soltera, hija de don Juan Duarte, fallecido en Chivilcoy de esta provincia el 8 de enero de 1926, y de doña Juana Ibarguren, argentina, de profesión quehaceres domésticos, domiciliada con la contrayente, quienes desean casarse e interrogados por mí, uno a continuación del otro después de oir la lectura de los artículos pertinentes a la ley de Matrimonio, no habiendo oposición y siendo hábiles para el acto según manifestación de los testigos: teniente coronel don Alfredo Mercante, que firma D. A. Mercante, de cuarenta y siete años, argentino, casado, domiciliado en la calle Yerbal dos mil seiscientos veintiuno de la Capital Federal y Juan R. Duarte, de treinta y un años, soltero, viajante, domiciliado en la calle José Arias doscientos setenta y uno, manifiestan que se quieren por esposos y se otorgan recíprocamente como marido y mujer, visto lo cual, en nombre de la ley los declaro unidos en legítimo matrimonio”.
El 10 de diciembre del mismo año se casarían en la Iglesia de San Francisco de Asís, en La Plata. En principio esa ceremonia estaba pautada para el 29 de noviembre, pero la multitud que acudió al evento fue tal que los novios huyeron sin entrar a la capilla.
La relación que forjaron desde el primer día fue prodigiosa: se conocieron en enero de 1944 y no tardaron ni dos años en construir el matrimonio que más ha influido en la retórica y la política de la historia argentina.









