Como tantos chicos de su edad, Franco Yasmil Villamayor sueña con convertirse algún día en futbolista profesional. A sus apenas 9 años, vive el fútbol con pasión y disciplina: entrena todos los días con la mirada puesta en ese objetivo que lo motiva y lo impulsa.
Tras sus inicios en Nápoles y la formación en La Rambla, donde estuvo tres años, Franco tuvo un paso por las inferiores de Vélez Sarsfield, aunque luego decidió regresar a Posadas.
Su habilidad no pasó desapercibida para los captadores del Club Atlético Independiente de Avellaneda, que lo vieron en una prueba en Posadas, y quedaron impresionados con el pequeño. Contactaron a sus padres para invitarlo a Buenos Aires una vez al mes, con el objetivo de seguir de cerca su evolución futbolística y para lo cual lo ficharon en infantiles.
La noticia lo llenó de emoción. “Franco, Independiente quiere verte más seguido. Quieren evaluar si estás listo para jugar allá”, le dijo su papá Miguel, un apasionado del fútbol que supo ser arquero de la reserva de San Lorenzo, según cuenta.

Desde entonces, Franco viaja a Buenos Aires acompañado por el propio Miguel o por su mamá Rosalía, quienes lo acompañan a entrenar.
Su talento como extremo izquierdo lo llevó recientemente a representar a La Cantera en el prestigioso torneo “Sueño Celeste” en Rafaela, Santa Fe. Incluso fue convocado para viajar con la Franja, donde entrena actualmente y juega en la Liga a Sunchales, pero cuestiones económicas impidieron concretar esa oportunidad.
Ya sea en las canchas auxiliares de la Franja en Posadas, en el barrio o en el predio de Independiente, Franco se siente cómodo y feliz. Alumno del cuarto grado de la Escuela 826 del barrio Itámbé Miní, cada vez que puede se junta con los chicos del barrio para jugar un picado, como cualquier niño que ama el juego de la pelota y sueña romperla en primera.
Los entrenadores del Rojo lo aconsejan y lo alientan a seguir creciendo. Mientras tanto, Rosalía y Miguel lo observan con orgullo, sabiendo que su hijo, tan pequeño, tiene la determinación, el talento y el compromiso necesarios para perseguir su sueño, aunque también son conscientes de que el camino es largo y exigente, pero están dispuestos a acompañarlo en cada paso con tal de verlo feliz.





