El Gobierno nacional, a través del Ministerio de Capital Humano, lanzó ayer un programa de descuentos a jubilados en supermercados del país, una medida que busca recomponer los ingresos de más de 7 millones de beneficiarios y potenciar el consumo interno, según se anunció.
Para Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad, “es un paliativo” que dista mucho de ser una solución. El doctor desestimó la novedad del anuncio, señalando que la medida ya existía.
El Defensor de la Tercera Edad aseguró en la radio FM 89.3 Santa María de las Misiones que el programa de beneficios es un “eterno déjà vu ” que no logra disimular la grave pérdida de poder adquisitivo y la triple crisis que sufren los adultos mayores.
Aunque la medida se anunció recientemente y ya está en vigencia, de hecho, “nunca dejó de estarlo desde hace 6 o 7 años” y solo se “revitaliza”, comentó el defensor, que insiste en que no resuelve el problema de fondo: los haberes de miseria que cobran los jubilados argentinos.
El impacto de este tipo de descuentos es limitado: “a veces incorporan algún comercio o hipermercado que estaba fuera, pero en muchos casos coinciden con días de descuento habituales ya existentes en las grandes ciudades para personas mayores”, indicó al respecto.
La crítica central de Semino radica en que estos “son paliativos que no logran disimular que el cuidado, ” la realidad económica. El jubilado, desde hace tiempo, “viene perdiendo poder adquisitivo en su haber que ya se ha convertido prácticamente en nada”, criticó Semino.
Advirtió que los adultos mayores están sufriendo una triple crisis que es alimentaria, sanitaria y habitacional. En números, dijo que “5 millones están percibiendo 400.000 pesos por todo concepto, y un millón más de personas con discapacidad que apenas llegan a los 330.000 pesos, hablan de por sí que está muy lejos de cubrir mínimamente un tercio de su canasta necesidades básicas”, expuso Semino.
En ese marco, expresó que ninguna administración viene solucionando el problema de haberes del sector. Los políticos se acuerdan de los jubilados “una vez por año” y calificó este manejo como un “acting” más que un intento serio de resolver el grave problema de la seguridad social.
“Obviamente cualquier pesito de más que se pueda ahorrar el jubilado, viene bien. Pero es una medida que aparece habitualmente antes de una elección”, resaltó.
Además, criticó la figura del bono de $70.000 como un “verdadero disparate que naturalizamos los argentinos”. Según explicó, el bono es una “medida del príncipe”, ya que la administración de turno lo da, no lo da, lo congela o lo sube antes de una elección.
Seguridad social y la “bomba de la longevidad”
Al abordar las soluciones de fondo, Semino ubicó la seguridad social como uno de los grandes debates a nivel mundial, citando las elecciones recientes en Alemania.
En Argentina, el problema es aún más profundo, ya que estalló la “bomba de la longevidad”. Semino identificó que los dos grandes fenómenos del siglo XXI -la longevidad y la inteligencia artificial- están directamente relacionados con la seguridad social.
Esto cambia los modelos productivos, por lo cual la noción de “activo por pasivo” que se escucha en el debate local ya resulta un “arcaicismo absurdo”.
“Quienes realizan asistencia directa hoy observan a personas de 95 y 100 años siendo cuidadas por personas de 85, un fenómeno que no se está observando y que “se lleva puesta a vidas”, cerró.




