En marzo del 2024, una joven fue llevada al fondo de una chacra de Paraje Cabureí para que viera que su pareja y su suegro estaban sin vida. El capataz la trasladó a la comisaría de Andresito para que avisara a la policía, pero él no quiso entrar y se fue del lugar. Horas después fue detenido junto a su patrón, acusados de intento de homicidio y homicidio de un hombre y su hijo respectivamente.
La investigación respecto a este caso fue llevada adelante por el Juzgado de Instrucción 3, a cargo del magistrado Martín Brites. Este Diario pudo saber que con todo el material probatorio recolectado en el último año y medio, el juez notificó recientemente a la fiscalía para que analice lo actuado y defina si requerirá que los dos imputados vayan a juicio por el crimen de Hugo Goncalves (25) y las lesiones graves provocadas al padre de este, hoy de 49 años.
Los acusados tienen actualmente 75 y 40 años y desde mayo del año pasado, el mayor de ellos, el patrón de la chacra se encuentra con prisión domiciliaria debido a problemas de salud. Están acusados de “homicidio simple y homicidio en grado de tentativa, ambos calificados por el uso de armas de fuego, en concurso real con tenencia ilegal de armas de fuego”.
En medio de este proceso judicial la defensa de los imputados realizó planteos que se encuentran en Cámara de Apelaciones.
Según los antecedentes judiciales previos que tenía el patrón, había sido denunciado por su hijo por episodios de violencia. Pruebas psicológicas marcaron que tenía un “déficit en el control de emociones y necesidad de descarga directa de las mismas”.
Respecto a las víctimas, el padre de Hugo Goncalves había trabajado para el patrón. Pero al acusarlo de haberle robado tabaco (cosa que no fue), se distanciaron.
El joven si continuó con tareas para el patrón y consiguió que le cediera una parte en la entrada de la chacra donde hizo una casita y plantó un poco de tabaco.
No trascendió aún cuál habría sido el móvil pero esa tarde, la novia de Hugo llegó a la casa y al no encontrarlo se fue a la plantación donde estaban allí su novio y su suegro. Les cebó tereré y después volvió a la casa.
Posteriormente oyó un disparo pero no le dio importancia porque la gente de la zona suele andar armada. Después vio pasar al patrón hacia el fondo a bordo de su camioneta. Cuando volvió le dijo que había dos cuerpos allí atrás y que le iba avisar a su capataz.
La autopsia reveló que Hugo Goncalvez recibió un disparo con 60 perdigones en la espalda. En tanto su padre había sufrido una lesión grave en el ojo. Se cree que los emboscaron y el hijo se interpuso.












