El sur de Misiones cuenta hoy con un portafolio forrajero listo para ser transferido a productores ganaderos, resultado de más de una década de investigación y validación en campo por parte de equipos del INTA. La oferta incluye gramíneas de alto rendimiento, leguminosas fijadoras de nitrógeno y especies arbóreas estratégicas para desarrollar sistemas silvopastoriles.
“El objetivo es que los productores accedan a materiales adaptados a nuestros suelos y clima, con disponibilidad de semilla y estacas en viveros locales. Esto permite que la adopción pueda ser inmediata, sin depender de proveedores externos”, explicó el ingeniero agrónomo Emilio Maidana, técnico e investigador de INTA Cerro Azul.
Gramíneas, leguminosas y otras especies
Entre las especies propagadas vegetativamente, sobresale Tithonia diversifolia (conocida como Botón de oro), reconocida por su elevado contenido proteico y fuerte capacidad de rebrote. También, se destacan los diferentes cultivares de pasto elefante (Pennisetum purpureum):
• Panamá y Pak Chong, que superan las 20 toneladas de materia seca por hectárea al año.
• Los híbridos enanos Mott y BRS Kurumi, que alcanzan entre 10 y 13 toneladas, este último con excelente calidad nutritiva. A ellos se suman los cultivares Jesuita Gigante, Jesuita Gigante Doña Ema (Axonopus catarinensis), valorados por su rusticidad, tolerancia a la sombra y producción invernal e híbridos de Acroceras macrum que ofrecen alternativas para ambientes con encharcamiento.
Por otra parte, los productores también cuentan con gramíneas propagadas por semilla fisiológica como Paspalum guenoarum cvs. Chané y Paspalum atratum cv. Cambá con rendimientos de entre 15 y 17 toneladas de materia seca al año; híbridos de Urochloa sp (Ex Brachiaria) (Mulato II, Cayman), adaptados a sistemas silvopastoriles; y Panicum coloratum (linajes Klein y Bambatsi), tolerante a sequía y heladas ligeras.
Una de las especies arbóreas clave es la Leucaena leucocephala, cuyo follaje aporta entre 24 y 30% de proteína y, al fijar nitrógeno, reduce la necesidad de fertilización. “Estas forrajeras no solo mejoran la disponibilidad de alimento de calidad para el ganado, sino que también abren la puerta a sistemas más sustentables y resilientes frente al cambio climático”, destacó Maidana.
Investigación
El INTA, en articulación con instituciones como el IBONE, INTA Reconquista y empresas privadas como Pemann, también avanza en ensayos para evaluar la adaptación de nuevas especies y cultivares. Entre ellas leguminosas herbáceas como Stylosanthes guianensis, híbridos de Paspalum notatum, Aeschynomene americana y Macroptilium, que muestran buena adaptación a suelos ácidos. Sin embargo, aún presentan el desafío de asegurar una provisión suficiente y estable de semillas. Asimismo, las leguminosas arbustivas con taninos condensados, como la Moringa oleifera, se investigan por su potencial para mitigar emisiones de metano en el ganado y aportar resiliencia frente a sequías.
Una oportunidad
La disponibilidad de semilla y material vegetativo en viveros clonales locales es un punto clave. “Hoy el productor puede acceder a este material de forma directa y comenzar a incorporarlo en su sistema, ya sea para pastoreo rotativo, corte o silvopastoriles”, señaló Maidana. Con esta estrategia, Misiones suma herramientas concretas para diversificar y mejorar la base forrajera, ofreciendo a la ganadería local un abanico de opciones adaptadas, de alto valor nutritivo y listas para escalar.
Compromiso con el sector
A través de la investigación y el trabajo a campo junto a las asociaciones de productores de la zona sur de Misiones, INTA impulsa innovación y conocimiento para el desarrollo ganadero con el trabajo extensionista en Apóstoles, San Javier, Posadas y Cerro Azul. En este sentido, Maidana explicó que “el compromiso y trabajo sostenido con las asociaciones rurales para organizar jornadas técnicas fortalecen la vinculación tecnológica en el sur provincial y buscamos también, en forma articulada con EEA Montecarlo, avanzar en la zona norte”.
Colaboración de Francisco Pascual y Martín Ghisio.





