Cuatro días después y en el mismo cruce de calles del barrio San Lorenzo, zona sur de Posadas, la tensión y miedo de los vecinos aumentó al máximo. Tras la masacre que protagonizó el obrero de la construcción José Ricardo Ferreyra con su familia, un joven de 29 años fue hallado tendido en la calle y pidiendo ayuda ayer a la mañana por el ataque a puntazos de destornillador que sufrió en la espalda.
Ernesto Gabriel Techeira fue asistido por las primeras personas que lo oyeron gritar de dolor. Según los primeros datos aportados a PRIMERA EDICIÓN, dos jóvenes que lo conocen lo interceptaron y uno de ellos extrajo un largo destornillador con la punta afilada y comenzó a hincarlo por detrás y en lado izquierdo de la espalda.
Lo dejaron tendido y huyeron en pocos segundos. Un vecino pudo dar alerta al 911 para la ayuda de la comisaría Decimoprimera de la Unidad Regional X. Se trató de un episodio de violencia extrema frente a la casa de Ferreyra de las calles 176 A y 57, quien el domingo pasado -entre la tarde y noche- mató degollando a sus dos hijos de 13 y 21 años y su esposa sobrevive de milagro de lesiones similares, al igual que su hermano discapacitado de 43.
Ferreyra cometió este ataque y luego de acomodar los cadáveres de sus hijos y el cuerpo de su esposa en la sala, se colgó frente a ellos atándose un extremo de cable al cuello y el opuesto a la escalera.
El operativo de contingencia a lo ocurrido ayer tuvo respuesta rápida esta vez de la Red de Traslado de heridos del Madariaga. Una ambulancia llegó al lugar y lo llevaron al sector de Emergencias del hospital central donde Techeira se escapó tras recibir las curaciones básicas.
Luego fue hallado en su vivienda por efectivos policiales y amplió lo sucedido y firmó un acta con su expreso rechazo a volver al hospital, salvo que empeore su cuadro.
A la par, los investigadores de la Unidad Regional X iniciaron su labor para identificar a los posibles autores de la emboscada y las lesiones de arma blanca.
De acuerdo a las voces consultadas, los dos presuntos agresores responderían a los alias “Sapín y Choco” y residen en el complejo habitacional A4, sector de barrio Esperanza, a pocos metros de cruce de las calles del violento episodio.
Las primeras actuaciones fueron comunicadas al juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor y el fiscal René Germán Casals.
No se establecieron los motivos del ataque, por el momento se apunta a un ajuste de cuentas por la modalidad del crimen, pero no se descartan hipótesis y las aprehensiones podrían concretarse durante las próximas horas, confiaron las mismas fuentes a este Diario anoche, al cierre de esta edición.





