En un contexto de pérdida del poder adquisitivo y ajustes fiscales que impactan de lleno en los sectores más vulnerables, la situación de los jubilados en la Argentina se agrava día a día. Los montos de las prestaciones no alcanzan para cubrir las necesidades básicas, mientras el sistema previsional enfrenta cuestionamientos por su falta de equidad y la discrecionalidad en los pagos. En este escenario, el Defensor del Pueblo de la Tercera Edad, Eugenio Luis Semino, advirtió sobre un deterioro que ya no es potencial sino presente, y denunció que la política utiliza el tema como moneda de cambio en la disputa electoral.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Semino describió una crisis previsional sin precedentes: “Cinco millones de personas cobran 380 mil pesos, un millón de personas con discapacidad perciben 330 mil. Es imposible vivir así en la Argentina”, afirmó.
Además, sostuvo que el deterioro del sistema es progresivo y no tiene tiempos, y que la situación actual “ya explotó” y no es un problema a futuro. “Más allá de los diagnósticos, si no hay tratamiento el paciente se nos muere”, graficó.
El Defensor cuestionó la falta de respuestas institucionales y recordó que, en el último año, las modificaciones a la ley de movilidad fueron mínimas y luego vetadas, incluso por quienes habían apoyado la sanción. “El tema se cronificó y se supone que es un problema de los viejos, con esa mirada del siglo XIX de ‘para qué gastar en ellos si se van a morir dentro de un rato’”, criticó.
También advirtió que el 53% de los empleos creados en 2024 fueron ocupados por jubilados, en un país que no genera nuevos puestos de trabajo desde hace 11 años. “A los 65, al mes siguiente de dejar la actividad, cobran la mitad o menos, y tienen que salir a aceptar cualquier trabajo para pagar sus gastos básicos”, describió.
Para Semino, el problema es estructural y no solo afecta a los adultos mayores: “Los viejos pagan el superávit fiscal con su vida, pero lo más grave es lo que les espera a los jóvenes”. Denunció que en la Argentina no hay un verdadero sistema previsional, ya que cinco millones de jubilados cobran exactamente lo mismo, sin relación con su historia laboral, y que el Estado paga sumas “discrecionales” disfrazadas de bonos.
Sobre el actual Gobierno, señaló que en materia de jubilaciones “hace lo mismo que las gestiones anteriores: ajustar la economía sobre ellos. No es un problema de empatía o simpatía, es que se les pague lo que corresponde. Todos los gobiernos tienen la culpa, el deterioro fue progresivo”, afirmó.
El defensor también cuestionó que los gremios y sindicatos no incluyan a los jubilados en sus reclamos, a diferencia de lo que ocurre en otros países. “Aquí, cuando alguien se jubila, deja de ser considerado trabajador”, explicó.
En relación al reciente veto presidencial a un incremento en las jubilaciones, Semino consideró que es “un disparate” y anticipó que, si se cae, el Gobierno lo judicializará y el conflicto llegará a la Corte Suprema. “Mientras tanto, los jubilados se mueren de hambre. Después de octubre el tema se olvida y así pasan los años”, lamentó.
Para cerrar, insistió en la necesidad de “dar contra la piedra más allá de la dureza de la roca” y visibilizar una problemática que, aunque conocida por toda la sociedad, sigue sin resolverse.




