Argentina se consolidó en la última campaña como el principal exportador de maní del mundo, superando a históricas potencias como India, China, Estados Unidos y Brasil. Según datos de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (AAICI), las ventas externas alcanzaron los US$ 1.190 millones, el valor más alto registrado entre 2002 y 2024, con un incremento del 12% respecto al año anterior. El país concentró el 23% de las exportaciones globales de este producto.
El 80,1% del total exportado (US$ 955 millones) correspondió a “maní crudo sin cáscara”, en sus variantes con piel y blancheado, seguido por preparaciones como maní tostado y manteca de maní (12,2%), aceite de maní (7%) y subproductos de la extracción del aceite (0,7%).
Córdoba fue la provincia protagonista, con cerca del 70% de la producción nacional, concentrada en los departamentos de Río Cuarto, General Roca y Juárez Celman. Le siguieron Buenos Aires (17%), La Pampa (7%), Santa Fe (3%) y San Luis (2%). En La Pampa, la mayor superficie sembrada desde que hay registros permitió cuadruplicar el promedio histórico de producción.
En 2025, la superficie implantada alcanzó un récord de 530.200 hectáreas, un 23,3% más que en 2024, con una proyección de 1,8 millones de toneladas, un 21,4% por encima de la campaña anterior. Los principales destinos fueron Países Bajos (32%), Reino Unido (8%), Polonia (5%), Rusia (5%) y Estados Unidos (5%), con la Unión Europea como bloque representando el 60% del total.
Más allá de su rol alimenticio, el maní argentino muestra potencial en el campo medicinal: científicos del Conicet comprobaron que un extracto de su piel inhibe el virus del dengue en distintas etapas de su ciclo, lo que podría derivar en tratamientos naturales y sostenibles.
La industria manisera, además, avanza hacia la economía circular: la cáscara se utiliza como biomasa para energía renovable, insumo para alimentos veterinarios y material de construcción sustentable. Actualmente, existen cinco plantas que generan electricidad a partir de cáscara de maní, abasteciendo a sus propias instalaciones y comunidades.
El sector, nucleado en el Clúster Manisero, genera alrededor de 12.000 puestos de trabajo directos e indirectos en decenas de localidades, consolidándose como una de las economías regionales más dinámicas y con mayor proyección internacional.








