El Ministerio de Economía confirmó este martes la salida de dos funcionarios clave: Marcos Ayerra, secretario de la Pequeña y Mediana Empresa, y Esteban Marzorati, secretario de Industria y Comercio. Ambas renuncias se harán efectivas el 14 de agosto y sus funciones serán absorbidas por la Secretaría de Coordinación de Producción, a cargo de Pablo Lavigne. La medida forma parte de lo que el Gobierno denomina un proceso de “optimización estructural”.
El anuncio fue realizado por el propio ministro Luis Caputo a través de su cuenta de X, donde agradeció a ambos funcionarios su labor y despidió a sus equipos con un afectuoso “¡Los vamos a extrañar!”. Aunque en el comunicado oficial se atribuyen las salidas a “motivos personales y nuevos desafíos profesionales”, la decisión se conoce en medio de una profunda recesión, caída del consumo interno y crecientes críticas del sector productivo por la falta de políticas activas.
Durante su paso por la Secretaría PyME, Ayerra impulsó programas como el Legajo Único Financiero y Económico (LUFE), las Sociedades de Garantía Recíproca (SGRs), Capacitar y el Centro de Ayuda Pyme. Sin embargo, muchas de estas iniciativas se achicaron o fueron desactivadas en el marco del ajuste fiscal. “Lo lógico fue que, conforme se terminaban esos programas, no se volvieran a abrir ni se crearan nuevos que entregaran Aportes No Reembolsables”, reconoció una fuente de la cartera económica. En resumen: si no genera ingresos, no se financia.
La noticia generó preocupación entre industriales y representantes del sector pyme. Daniel Rosato, titular de Industriales Pymes Argentinos (IPA), reclamó públicamente que se revierta la decisión de eliminar la secretaría. “Hoy las pymes sufren una crisis muy fuerte por la caída del poder adquisitivo, la baja en el mercado interno y la competencia de productos importados”, advirtió.
Desde el Ministerio intentaron llevar tranquilidad asegurando que los equipos técnicos seguirán trabajando bajo la coordinación de Lavigne. Sin embargo, para buena parte del entramado industrial la señal es negativa: consideran que se pierde una instancia institucional específica para atender reclamos, gestionar herramientas de financiamiento y formular políticas de promoción.
El recorte ocurre además en un momento especialmente sensible para las pequeñas y medianas empresas, que representan más del 60% del empleo formal del país y que hoy enfrentan costos financieros altos, escasa demanda y un mercado interno debilitado por el ajuste.







