Ucrania fue la más castigada por la “colectivización forzosa” propuesta en la Unión Soviética durante la segunda y la tercera décadas del siglo XX, la cual obligaba al campesinado a convertirse en proletario.
En apenas unos meses, a comienzos de la primavera de 1932, los campesinos ucranianos empezaron a morir de hambre. Algunos documentos hablan de niños con el vientre hinchado por la falta de alimento, familias enteras obligadas a alimentarse de hierba o cortezas de roble.
Se conoce como Holodomor (que en ucraniano significa “matar de hambre”) al trágicamente célebre programa diseñado por Josef Stalin a la cabeza, para eliminar físicamente a los campesinos que se resistían a las colectivizaciones forzosas de sus tierras y para reprimir cualquier síntoma de rebrote del nacionalismo ucraniano, que se definía como proeuropeo y anti-Moscú.
El 7 de agosto de 1932 se aprobaba la Ley de las Espigas, que establecía castigos para todos aquellos que estuviesen en contra de la confiscación y, sobre todo, para todos los campesinos que se atreviesen a robar grano. De esa manera, gran cantidad de personas fueron encarceladas.
De esta forma Stalin, a pesar de conocer la hambruna que sufría Ucrania, endureció las condiciones, bloqueando las fronteras del país para que la gente no pudiera salir y creando unas brigadas que iban de casa en casa confiscando la comida de los campesinos.
El resultado fue que alrededor de 7 millones de personas murieron de inanición, y hasta un total de 40 millones de personas en toda la Unión Soviética se vieron afectadas por la hambruna.
El Holodomor, por sus características y pérdidas humanas fue el mayor crimen cometido en época de Stalin y de toda la historia de la Unión Soviética, y una de las mayores tragedias humanitarias del siglo XX.










