El dólar oficial volvió a sacudir el mercado este jueves y marcó un nuevo récord histórico: $1.380 en el Banco Nación, tras subir 55 pesos en un solo día. La escalada se dio en un contexto de creciente inestabilidad financiera, impulsada por la implementación del nuevo régimen de tasas “endógenas” que promueve el Banco Central (BCRA).
La suba también alcanzó al resto de las cotizaciones: el dólar blue avanzó a $1.335, el contado con liquidación (CCL) trepó a $1.360 (+3,1%) y el MEP cerró en $1.344 (+2,8%). En el mayorista, el billete norteamericano se negoció a $1.374, tras un alza de $59 en la jornada.
Qué está provocando la suba del dólar
Según los analistas, detrás del salto cambiario hay dos causas principales: una política monetaria más volátil y una falta de intervención concreta por parte del Banco Central.
Desde principios de julio, el BCRA dejó de fijar tasas de referencia y adoptó un esquema en el que la liquidez determina el precio del dinero, lo que genera oscilaciones abruptas. Este nuevo sistema —diseñado para estabilizar los agregados monetarios y reducir la inflación— terminó generando más preguntas que respuestas en el mercado.
En las últimas semanas, el exceso inicial de pesos provocó una caída de tasas, pero rápidamente esa liquidez fue absorbida de forma desordenada por el Tesoro, generando un faltante inesperado. Las consecuencias se tradujeron en un shock en las tasas: la de un día pasó del 12% al 61% en apenas unas jornadas.
Este contexto, sumado a señales inconsistentes desde el BCRA y licitaciones imprevistas, empujó a los inversores a buscar refugio en el dólar.
¿Carry trade o cobertura? El dilema del mercado
A pesar del caos monetario, la semana cerró con cierta estabilización en tasas y tipo de cambio, lo que reactivó estrategias de carry trade: vender dólares para invertir en pesos a tasas atractivas. Sin embargo, el apetito por cobertura sigue vigente, especialmente ante la falta de un ancla clara para la política económica.
“La ausencia de un mecanismo estabilizador en las tasas —como un piso o una ventanilla de liquidez— expone al sistema a arbitrajes agresivos y decisiones especulativas”, explicaron desde la consultora 1816. Y agregaron: “Sin señales claras del BCRA, los bancos y fondos actúan según proyecciones propias, lo que genera desequilibrios que terminan afectando al tipo de cambio”.
El impacto en la economía real
La volatilidad también empezó a golpear al crédito productivo. En los últimos días, la tasa de adelantos en cuenta corriente superó el 86% anual, casi 50 puntos más que la semana pasada, lo que complica la financiación de corto plazo para empresas, especialmente pymes.
Asimismo, los fondos comunes de inversión sufrieron fuertes rescates, mientras que las tesorerías corporativas reportaron dificultades para operar con normalidad.
Un modelo que aún no convence
El modelo monetario actual parte de una lógica donde el dinero es la variable fija y la tasa de interés, la de ajuste. Pero en la práctica, la falta de coordinación entre el BCRA, los bancos y el Tesoro está generando shocks monetarios sucesivos que repercuten directamente en el mercado cambiario.
En junio, por ejemplo, el primer test de metas mostró un desvío negativo de $1,8 billones en el M2 privado transaccional, lo que evidencia la dificultad para cumplir los objetivos monetarios.
Mientras tanto, el dólar sigue funcionando como válvula de escape ante cada sobresalto del sistema. Para los especialistas, hasta que el BCRA no defina una hoja de ruta clara, con referencias firmes y coordinación interinstitucional, la presión cambiaria persistirá.







