Érica Almirón Romero (25) fue asesinada y su cuerpo hallado por su pareja actual tendido sobre la cama de su casa sin signos vitales, ayer por la madrugada en la capital chaqueña.
Horas más tarde, se supo que Joaquín Pérez -expareja y acusado del crimen- se dio a la fuga y que le confesó en una carta a su madre: “Mamá, yo maté a Érica”.
Tras momentos intensos de búsqueda, fue hallado en el interior de Corrientes, en San Borjita, con destino a Posadas y con intenciones de cruzar luego al Paraguay.
María Noel Benítez, fiscal a cargo del caso, de la fiscalía 11 de Resistencia (Chaco), mencionó a la prensa de esa provincia que la causa de muerte fue “asfixia, si bien faltan exámenes como el toxicológico, anatomopatológico -los cuales llevan un tiempo-, sabemos que la muerte sería asfixia”.
Las primeras teorías indicaban que Érica había muerto por intoxicación, por ingerir sustancias tóxicas y por el gas de la cocina. Sin embargo, una vez que la madre de Joaquín entregó la carta en donde él se inculpa, la investigación cambió rotundamente. A lo que la fiscal explicó que: “Podría haber sido una escena montada por él, o podría también ser un conjunto de intentos”.
“Por el momento no se sospecha tampoco de nadie más”, sostuvo, ya que “el agresor presenta lesiones, presumimos que son de intento de defensa de la víctima”.
Además de esto, la fiscal agregó que “antes él no tuvo denuncias por parte de la víctima, pero no quiere decir que no haya sufrido violencia de género”.
La confesión
En pocas palabras, la nota del acusado decía: “Maté a Erica, lo siento mamá”. También decía que había actuado por “venganza”.
Ayer, agentes de la Dirección General de Seguridad Vial de la Policía de Corrientes lograron detener al sospechoso en el control caminero San Borjita, ubicado sobre el kilómetro 1.319 de la ruta nacional 12, próximo a la provincia de Misiones.
El sospechoso iba en un colectivo de larga distancia que tenía como destino final Posadas.






