El sector turístico atraviesa una situación crítica: la ocupación hotelera proyectada para la primera semana de las vacaciones de invierno alcanza solo el 46% a nivel nacional y cae a 37% en la segunda.
Son pocos los destinos que anticipan un alto desempeño, según datos de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT). La entidad observa un notable deterioro respecto al año anterior y estima que el sector pierde 10 puestos de trabajo por día.
El escenario es especialmente adverso por el descenso del turismo receptivo en comparación con el período previo a la pandemia, el abaratamiento de los destinos en el exterior debido a la apreciación cambiaria y una tendencia marcada entre los viajeros nacionales a reducir estadías y decidir sus viajes a último momento.
Frente a este panorama, los operadores apuestan por promociones y congelamiento de precios, pero la actividad no logra repuntar.

Bariloche y Villa La Angostura lideran las proyecciones, con niveles de reserva que superan el 80% en las tres primeras semanas de julio y alcanzan el 85% en la tercera. Le siguen Jujuy y la Quebrada de Humahuaca, con hasta el 73% de las plazas ocupadas.
Sobre Bariloche, los viajeros procedentes de Brasil muestran un fuerte protagonismo esta temporada: representan en promedio el 70% de la ocupación en hoteles de 4 y 5 estrellas, impulsados por beneficios específicos en ese mercado, aseguran desde Emprotur.
El secretario de Turismo municipal, Sergio Herrero, resaltó que, pese a los rumores, no hubo cancelaciones masivas por la falta de nieve en el Cerro Catedral y contó que el concesionario puede producirla artificialmente en la base.

Previsiones desalentadoras
En contraste, los destinos urbanos tienen expectativas más conservadoras. La Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, comienza la temporada con un 49% y desciende progresivamente hasta un 35% en la última semana, en línea con las tendencias de menor turismo receptivo y estacionalidad invernal. En Córdoba las previsiones también son desalentadoras (entre 51% y 26%).
En la región litoral, las reservas se encuentran por debajo del promedio nacional. En Mendoza la ocupación alcanza el 40% en la tercera semana de julio y disminuye a 17% en la cuarta. La Asociación de Hoteles, Restaurantes Confiterías y Cafés (AHRCC), por su parte, calcula que la demanda de plazas ronda entre el 30% y 40%, a la espera de definiciones de último momento.

En alerta
Las expectativas iniciales positivas para estas vacaciones de invierno se fueron diluyendo a medida que pasaban las semanas, con el antecedente de la baja afluencia turística durante los fines de semana largos previos.
En este sentido, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) informó que en los dos feriados de junio viajaron 16,6% menos de personas y el gasto total se redujo 27,9% respecto a las mismas fechas del año pasado. La entidad destacó: “Esto refleja un turista más austero, que, si bien recortó gastos en servicios recreativos y en compras comerciales, su principal ajuste fue reducir su estadía”.
Mientras tanto, el turismo emisivo sigue creciendo. Las estadísticas del INDEC muestran que 6,7 millones de residentes viajaron al exterior en los primeros 5 meses del año, un 66% más que en igual período de 2024.
En este contexto, Gabriela Ferrucci, presidenta de AHT, dijo que se pierden 10 empleos por día y explicó: “Mientras que otros países apuestan al desarrollo del turismo como principal multiplicador de empleo, las políticas argentinas están generando la destrucción de una de las 8 industrias más representativas del país. Estamos solicitando una rebaja impositiva, específicamente apuntando a un IVA diferencial”.
“De cada 100 pesos de tarifa hotelera, 60 se destinan al pago de impuestos, contemplando las últimas medidas provinciales y municipales y los componentes impositivos en todos los servicios y prestaciones de servicios”, detalló.
Finalmente, advirtió: “Existe una profecía autocumplida. Cuando el presidente en campaña decía que con esta presión impositiva era inviable trabajar, tenía razón. Y eso que aún no habían ocurrido las subas en impuestos inmobiliarios del 350% al 500%, o los incrementos de las tarifas eléctricas del 300% al 400%, por mencionar ciertos costos. La destrucción de puestos formales se está acelerando día a día con las condiciones actuales”.

El ritmo de los precios
En materia de precios, los hoteles del segmento medio alto (upper midscale), según la consultora STR, en Buenos Aires resultan más económicos en promedio que en San Pablo y Santiago de Chile. Los valores por noche son de US$ 76,59, US$ 105,86 y US$ 105,38, respectivamente.
Roberto Amengual, presidente de Amerian Hoteles y referente de AHT, precisó que aunque en las categorías de lujo los precios de la ciudad pueden ser mayores, muchas veces se incluyen comodidades y servicios que en otros países no, como el desayuno.
El ejecutivo remarcó que por el aumento de costos en el último año, las tarifas del sector hotelero deberían ser más elevadas, pero la baja demanda impide trasladar esas subas, lo cual pone en riesgo la continuidad de numerosos establecimientos.

“La clase media está muy apretada y viaja menos”
El CEO de una de las principales agencias de viajes del país, Martín Romano, analizó la situación del sector turístico en Argentina y advirtió que si bien hay un leve repunte en los últimos meses, el turismo interno aún está lejos de alcanzar los niveles previos a la crisis económica. “El turismo nacional ha levantado bastante en los últimos dos meses, pero la estrella del primer semestre fueron sin dudas los viajes al exterior”, señaló Romano en diálogo con Radio Rivadavia. Según explicó, “cada vez que el país muestra algo de previsibilidad y cierta estabilidad en el tipo de cambio, el argentino vuelve a animarse a viajar al extranjero”. Sin embargo, aclaró que ese tipo de viajes siguen siendo propios de un sector reducido de la población. “Es el minimundo de los que viajan siempre al exterior”, afirmó, y remarcó que el problema de fondo sigue siendo la baja sostenida en la actividad del turismo interno. Consultado por las cifras, Romano destacó que “Bariloche, por ejemplo, está con una ocupación del 85%, lo cual no es menor, y eso que aún no hay nieve”. Pero reconoció que hay muchos otros destinos que “están más complicados”. En este sentido, advirtió que los sectores de menores ingresos han dejado de viajar, especialmente aquellos que solían vacacionar en hoteles: “El primero que lo siente es el segmento de turismo nacional, y particularmente la hotelería”. “La clase media está muy apretada y viaja menos. Muchos optan por alquilar un departamento, que es más económico”, explicó el empresario.Uno de los casos más llamativos es el de Mar del Plata, históricamente destino elegido para las escapadas de fin de semana largo. “Ni siquiera en los fines de semana largos se está llenando. Hace algunos años era frecuente que explotara de turistas”, sostuvo.Como parte del análisis, Romano también explicó cómo la baja ocupación genera oportunidades. “Empieza a haber mayor oferta de paquetes turísticos muy accesibles. Por ejemplo, hay opciones para viajar a Iguazú por cuatro días con aéreo, hotel, traslados y excursiones por menos de 400 mil pesos. Eso hace que muchos elijan otros destinos y no tanto la costa”, señaló.Por ahora, la recuperación del turismo nacional es gradual. “Probablemente recién se vea más volumen en la costa cuando lleguen los fines de semana largos de octubre y noviembre, o directamente en el verano”, concluyó.





