El Gobierno de Japón dio inicio a un proyecto sin precedentes al trasladar tierra tratada de la prefectura de Fukushima hasta Tokio, con el objetivo de promover su reutilización en obras públicas y reducir el estigma que aún persiste en torno al uso de suelo ligeramente radiactivo. La iniciativa busca avanzar hacia la eliminación definitiva de los depósitos temporales antes del 2045, plazo establecido por ley tras el desastre nuclear de 2011.
En total, unos 20.000 centímetros cúbicos de tierra descontaminada fueron esparcidos en los parterres de césped del Kantei, la sede central del gobierno japonés. El plan prevé colocar una capa de 60 centímetros de esta tierra a dos metros de profundidad, que será cubierta con 20 centímetros de tierra común. La operación forma parte de una estrategia del Ministerio de Medio Ambiente para demostrar la seguridad de este tipo de reutilización.
Después del terremoto y tsunami que desencadenaron el accidente en la central de Fukushima Daiichi, se recolectaron unos 14,1 millones de metros cúbicos de tierra en trabajos de descontaminación. Aunque la mayoría permanece almacenada en depósitos provisionales, el Ejecutivo pretende darle uso en la construcción de rutas, relleno de obras y otras infraestructuras.

Este es el primer ensayo de reciclaje fuera de la prefectura de Fukushima y representa un paso clave en la política nacional de gestión de residuos nucleares. Según las autoridades, alrededor del 75% de la tierra almacenada contiene niveles de cesio radiactivo inferiores a los 8.000 becquerelios por kilo, lo que la hace apta para proyectos de infraestructura.
Con esta medida, Japón intenta disipar temores públicos y avanzar hacia una solución definitiva para los residuos que dejó uno de los peores desastres nucleares de la historia reciente.







