Javier Milei prometió muchas cosas mientras encabezaba una de las campañas más atípicas de la democracia argentina. Atípica no por su agresividad, sino por su carácter plenamente digital. Allí desplegó una plataforma con certezas, diagnósticos y promesas.
En cada uno de esos planos hubo algo de verdad y bastante más de mentira. Había certeza de que la dirigencia vivía y gobernaba de espaldas al pueblo y que se precisaba un cambio. También se ofreció un diagnóstico correcto sobre las causas de esa crisis. Y hubo promesas de torcer el rumbo y volcar los beneficios hacia el pueblo.
Hoy, cuando falta menos de un semestre para alcanzar la mitad del mandato, es evidente que muchas promesas siguen del lado del debe. Buena parte de aquella dirigencia que se denunciaba como “nefasta” hoy conforma el Gobierno, algunos incluso con rango de ministros o secretarios.
El diagnóstico era correcto, pero muchas de las medidas no fueron en ese mismo sentido. Dólares, inversiones y capacidad de ahorro fueron parte de lo prometido, pero el estado actual dista mucho de ese escenario. Conviene entonces ir por partes…
Equilibrio precario
El dólar blue cerró la semana al alza y completó seis semanas consecutivas con avances, acumulando un incremento del 12% desde principios de junio. El dólar minorista alcanzó los 1.300 pesos en el Banco Nación, igualando su récord histórico. En el mercado financiero, el CCL se ubicó en 1.301 pesos y el MEP en 1.293, mientras que el mayorista cerró en 1.286.
Se configura así un escenario de creciente presión cambiaria que pone en jaque el nuevo enfoque monetario del Gobierno. La estrategia de abandonar el anclaje mediante tasas de interés para pasar al control directo de la base monetaria encontró escasa receptividad en el mercado.
Ante la falta de resultados, el Banco Central debió recurrir nuevamente a mecanismos tradicionales para absorber liquidez, mientras que el Tesoro no logró captar los pesos excedentes.
Esa dinámica alertó a los analistas, que advierten sobre la falta de mecanismos estructurales para absorber liquidez. El resurgimiento de los pasivos remunerados y las tasas reales elevadas amenaza con agotar el margen de maniobra del nuevo esquema antes de que logre consolidarse.
El Gobierno logró contener momentáneamente la escalada cambiaria, pero debió recurrir a medidas que habían sido previamente descartadas por su alto costo y su limitada efectividad estructural.
Las tensiones podrían reaparecer con mayor fuerza en los próximos meses. Frente a ese panorama, el mercado permanece en alerta, los bancos se refugian en liquidez y el dólar aguarda su próximo movimiento.
De “ponerla” a “soñar”
En abril de 2024, el Presidente se paró frente a los empresarios más acaudalados del país para pedirles, sin rodeos, que invirtieran. “En algún momento van a tener que poner las pelotas e invertir”, lanzó Milei en aquella exclusiva cumbre de ejecutivos en Bariloche. Pasó más de un año desde aquella bravuconada. Solo eso.
Ahora, al cierre de la semana y ante la falta de respuesta en el terreno, ya no se trata de “pelotas” ni de “ponerla”, sino de “coraje” y de “soñar”.
Milei asistió el viernes a un almuerzo exclusivo en la histórica sede del Jockey Club, donde expuso ante más de 120 invitados. Tras defender el rumbo económico, lanzó duras críticas a la oposición, a los gobernadores y volvió a pedir inversiones, pero en un tono mucho más diplomático: “Es hora de que la sociedad, en especial las élites, recuperen el valor de soñar”.
“Ustedes pueden ser la punta de lanza de este nuevo país. Ahora es el momento de volver a arriesgar, invertir y crear, como lo hicieron nuestros abuelos y bisabuelos. Son ustedes quienes poseen el capital, el tiempo, los contactos y el conocimiento necesarios para comenzar a reconstruir la Argentina”, enfatizó.
“Si no soñamos por nuestra cuenta con una Argentina próspera, otros lo harán por nosotros…”, invitó.
El contraste entre el Milei arrogante y agresivo de cámara encendida y el que invita a soñar en encuentros con empresarios es fuerte, tanto como la distancia visible entre quienes pagan el ajuste y quienes se benefician de él.
De hecho, volvió a jactarse de ello: “Estamos realizando el ajuste fiscal más grande de la historia de la humanidad”.
Alcancías vacías
El ahorro, tercer tópico planteado en esta columna y uno de los principales indicadores de la salud económica -junto con el consumo- también plantea serios interrogantes a corto y mediano plazo.
Una encuesta nacional realizada por D’Alessio IROL y Berensztein revela la difícil situación económica que atraviesa gran parte de los hogares argentinos.
Según el relevamiento, el 50% de los encuestados no pudo ahorrar durante el último semestre, lo que refleja una fuerte presión sobre las finanzas personales.
El estudio muestra que tres de cada diez personas aseguran que sus gastos superan sus ingresos, mientras que otro 20% afirma que apenas logran llegar a fin de mes. Esta realidad se da en un contexto de ajuste en el consumo, con un 81% de los participantes admitiendo haber recortado gastos en los últimos meses.
El comportamiento es más marcado entre los votantes opositores, donde un 95% declaró haber reducido sus erogaciones, en contraste con el 70% entre los votantes oficialistas.
Pese a la desaceleración de la inflación en los últimos meses, la percepción de alivio no es uniforme. Solo el 43% de los encuestados asegura sentir “mucho alivio” por la caída en el índice de precios; un 44% no percibe ningún alivio, y un 13% siente un alivio limitado.
El informe también revela un alto nivel de insatisfacción con el poder adquisitivo. Solo dos de cada diez personas están conformes con lo que pueden adquirir con sus ingresos actuales. Esta desazón se extiende incluso entre quienes apoyan al Gobierno.
La percepción del estado general de la economía es consistente. Aunque hay algunas mejoras macroeconómicas, el alivio no llega de forma pareja y el consumo sigue cayendo. La imposibilidad de ahorrar es una constante para gran parte de la población, mientras que las preocupaciones por el presente y el futuro económico son generalizadas, especialmente entre los sectores que no apoyan al oficialismo.
Prueba de ello es el aumento en la morosidad del pago de créditos del sector privado, según informó el Banco Central. Este incremento afectó tanto a familias como a empresas, incluyendo préstamos personales y tarjetas de crédito.
En total, el porcentaje de créditos con problemas de pago subió al 2,6%, lo que representa un aumento de 0,4 puntos con respecto a abril. En el caso de los hogares, la morosidad llegó al 4,5%; en los créditos vinculados al consumo -como préstamos personales y tarjetas-, el porcentaje fue aún mayor: 4,9%.
Las empresas, por su parte, mostraron un nivel más bajo de morosidad (1%), aunque se registraron aumentos en casi todos los sectores, excepto en el industrial, que se mantuvo sin cambios.
En este escenario, los cargos por deudas incobrables asumidos por el sistema financiero subieron 0,7 puntos y alcanzaron el 5,5% del total de créditos otorgados al sector privado.
Por último, también aumentaron los cheques rechazados por falta de fondos, que en el último balance representaron el 1,39% del total en cantidad y el 1,24% en montos. Esto significa un leve incremento mensual y una suba más significativa respecto al mismo mes del año anterior.
Ahora contención
Misiones, en tanto, busca abrirse paso entre el ajuste nacional y los desafíos que plantea ese modelo. Las asimetrías, sin lugar a dudas, son una clara muestra del empeño del poder central en torpedear a las economías regionales y de frontera, mientras plantea un nuevo escenario de conflicto con los gobernadores en la mira. En ese sentido, las múltiples variantes del programa “Ahora” representan uno de los principales sustentos del comercio misionero frente a la competencia desigual que auspicia la Nación con medidas contradictorias.
Atado a ello, el orden, que quedó reflejado en el superávit financiero del 9,7% sobre los ingresos totales, superando el promedio nacional y el de las otras provincias del NEA.
Al mismo tiempo, el último balance del rubro exportaciones expuso que Misiones vendió por 50 millones de dólares y se consolidó como la economía más activa del nordeste argentino en el comercio exterior. En el primer semestre del año, acumuló 261 millones, el 41% del total exportado por la región NEA (639 millones).







