Si el episodio no fuera considerado delictivo, los aplausos y premios para los reflejos, inteligencia y audacia de los dos ciudadanos paraguayos que escaparon ayer de la cabecera argentina del Puente San Roque González de Santa Cruz, serían insólitos aunque merecidos.
En pocos segundos, y según los primeros informes de las fuerzas federales argentinas apostadas rigurosamente como autoridad de control en la zona, Christian Rolando Cubilla y Jorge Daniel Martínez Portillo desaparecieron del lugar, uno de ellos a pie y (se presume) en colectivo al mezclarse con la gente que esperaba, el restante acelerando fuerte el automóvil Toyota Corolla Statio Wagon de color negro y en el que transportaban al menos doce bolsas con cogollos de marihuana.
Al menos doce bolsas, porque los gendarmes responsables de la custodia no se percataron que en lugar de estacionar en la dársena que le indicaron al conductor, este decidió dar repentina marcha atrás, frenar drásticamente cuando logró distancia y comenzar a esquivar con movimientos zigzagueantes y veloces a todo ser humano que intentó frenarlo.
Atónitos los uniformados frente a las maniobras, reaccionaron con gritos al conductor: “¡Deténgase, alto, Gendarmería!”, no se registró la respuesta esperada sino la ratificación del chofer paraguayo de acelerar hacia el acceso sur y costanera de Posadas.

Mientras los uniformados se percataban que lo que estaban viendo no era cine de ficción, varios de ellos decidió efectuar disparos a los neumáticos del automóvil.
Tampoco puntería tuvieron a su favor, porque el vehículo y su tripulante raudamente lograron su objetivo: escapar.
Ocurrió ayer poco después de las 7.30 y los estruendos de bala se oyeron en medio de personas que aguardaban la llegada del colectivo internacional para ingresar a la capital misionera. Entre estos testigos se habría camuflado Jorge Martínez Portillo, quien también escapó porque los controles federales fueron más lentos hasta darse cuenta que se bajó del vehículo y se alejó a pie, sin perder la calma.
Efectivos de turno e investigadores de la Policía de Misiones intentaron montar un procedimiento cerrojo para ubicar el Toyota narco, pero hasta el cierre de esta edición no se habían logrado pistas firmes de su destino, mucho menos de su conductor: Christian Cubilla.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que los dos ciudadanos serían oriundos de San Pedro del Paraná y, en el caso de Cubilla, acarrearía antecedentes por actividades relacionadas al narcotráfico.







