Hoy la diversión y el talento estuvo a cargo del grupo “Chincho Poroto” que viajó desde Catamarca para participar de Festival Kruvikas. Federico Baca y Roxana Castro forman parte de esta compañía familiar que lleva la alegría titiritera a distintos puntos del país y la región.
Algunos niños y niñas que permanecen en el Hospital se reunieron junto a sus madres para presenciar el “Teatrín viajero, zapateo y zarandeo”, que tuvo como protagonistas a dos simpáticos títeres que los hicieron reír e interactuar durante la presentación.
Federico Baca relató a PRIMERA EDICIÓN que la obra “se trata de un espectáculo juglar que nos permite llevarla a cabo en cualquier espacio. Cuenta historias simples del bien y el mal, y que los chicos pueden ayudar a resolverlas de manera solidaria”.
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A su vez, destacó que acercar el teatro a un lugar como el Hospital de Pediatría hace que su rol como artistas asuma un compromiso especial, porque es un servicio a la comunidad; y aseguró que este tipo de iniciativas los hace sentir “más útiles que nunca”.
El titiritero reivindicó el trabajo vinculado al teatro de títeres que lleva adelante la cooperativa Kossa Nostra desde hace veinte años, a cargo de este festival que reúne artistas de toda la región: “estamos felices de volver, está bueno conocer otros grupos, compartir entre todos, aprender, y seguir dignificando este tipo de teatro, que hoy en día es muy importante”.

En relación a lo anterior, sumó una reflexión acerca de lo que significa en la actualidad el “teatro vivo”, teniendo en cuenta las rutinas cargadas de pantallas, celulares y distracciones volátiles:
“Como artistas tratamos de no ser egoístas y enfocarnos en nuestras propias propuestas; hay que escuchar al público, estar atentos a lo que le pasa y poder interactuar. Después de la pandemia y la situación de encierro que pasamos, creo que el teatro vivo, hoy más que nunca, es muy valioso“, finalizó.








