POSADAS. Es el primer caso en que despiden a trabajadores de un organismo nacional en Misiones. Habían ingresado por concurso público y nunca tuvieron problemas laborales ni de conducta, una hace nueve años y la otra cuatro. Las dos estaban en planta permanente y una de ellas contaba con inmunidad gremial, al ser vocal del gremio de trabajadores de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo.Las protagonistas de este lamentable hecho son Celia Andrea Caballero y Cecilia Alejandra Heredia, quienes fueron despedidas de la delegación local del organismo hace dos semanas, el 29 de noviembre, luego de soportar varios meses de hostigamiento por parte de algunas compañeras de trabajo que integran agrupación ultra K, La Cámpora.Lo escandaloso, según contaron a PRIMERA EDICIÓN, es que las habrían despedido por hacer correctamente su trabajo, a la vez que los integrantes de la agrupación política dejarían mucho que desear. El principal problema lo tuvieron con Natalia Belén Klekailo, pareja de Ariel Morales, jefe de la Anses Udai Posadas y jefe de La Cámpora en Misiones.¿Cuál es el inconveniente que tuvieron?Caballero: a nosotras nos despidieron sin tener ningún problema previo. Nuestro reglamento dice que por cada inconducta se abre un sumario personal, pero las dos tenemos el mismo expediente. En mi caso particular señalaron “contracción laboral, mala relación con mis compañeros de trabajo y por sustituir bidones llenos de agua por vacíos, afectando el patrimonio del Estado nacional”, eso dice mi carta documento. Heredia: A mí me pusieron lo mismo, menos el tema de sustituir bidones. Yo me encontraba de licencia por estrés laboral, por todas las situaciones que pasamos, y me despidieron igual, me mandaron un médico a mi casa a las 8 de la noche, todo lo que hay que hacer lo hicieron al revés, fuera de la ley laboral. C: Cuando pedí el expediente para conocer los motivos me dijeron que estaba a disposición pero en Buenos Aires. No me lo dieron, me quieren hacer viajar mil kilómetros. Hicieron todo mal, primero porque tengo inmunidad gremial hasta 2014 al ser vocal del gremio, segundo porque el despido lo tiene que firmar un gerente o la superintendencia y lo firmó un subgerente y tercero no tuvimos los diez días para hacer el descargo como indica el reglamento.¿Tuvieron inconvenientes antes?H: Nunca, es más, teníamos a cargo la responsabilidad de la chequera con 10 mil pesos por mes, nos enviaron a Buenos Aires a capacitarnos, todas las compras de librería quedaron a cargo de nosotras. De repente, de tener todo a cargo nos dicen que ella robó bidones de agua y que yo no estoy preparada.¿Ustedes creen que detrás está La Cámpora?C: Los problemas empiezan en abril cuando me designan desde Buenos Aires para que pase el parte diario con las presencias y ausencias. La señora Natalia Belén Klekailo siempre venía llegando tarde o no iba, ella entró el 1 de agosto del año pasado y desde el primer momento hizo saber a todos que pertenece a La Cámpora, que es la esposa de Ariel Morales (jefe de La Cámpora y de Anses) y ante cualquier planteo que se le hacía ella respondía: “Máximo me protege”.Como ella tuvo reiteradas llegadas tarde y reiterados ausentes sin aviso, le llamaron la atención desde Buenos Aires. Creemos que ese fue nuestro pecado porque desde ahí comenzaron la guerra hacia nosotras.H: Nosotras nunca tuvimos un llamado de atención, éramos responsables de toda la administración. Ahora resulta que a nosotras nos echan y a ella le mantienen el cargo, que no sabe escribir formalmente una nota, porque muchas veces le corregíamos y no aceptaba correcciones. Tenemos notas de la señora Klekailo, que son documentos oficiales, donde hay groseros errores ortográficos, no tiene dicción, así salen de un organismo nacional.¿Cómo fueron los últimos días?C: Me hostigaron todo el tiempo. A ella le decía que le tenía lástima, a mí que me hago de la víctima por la enfermedad de mi hijo, cosa que yo nunca hice. Cuando entro a un lugar siempre digo que él es autista porque lo ven como un chico normal pero tiene algunas conductas que no van a entender. Eso no es ser víctima, soy una persona que lucha todos los días para que mi hijo salga del lugar donde está, que se integre a la sociedad y tenga una mejor calidad de vida. Y esas agresiones duelen mucho, también he escuchado muchas veces que Dios me castiga porque soy una mala persona.¿Qué piensan cuando escuchan que ellos se presentan como la nueva política?C: Yo al principio la tomé como una compañera más, la llevaba a la casa. Nunca supe porqué se enojó. El año pasado se planteó que hay personas que no están capacitadas y el superintendente nos respondió que el Estado está para contener, entonces yo me pregunto ¿A mí quién me contiene? Mi hijo se queda sin tratamiento y… ¿Quién lo contiene? Con qué le doy de comer. Yo puedo comer polenta todos los días, de hecho lo hice, pero él tiene hipersensibilidad gustativa. Acá no hay ningún centro estatal y los tratamientos privados cuestan cuatro mil pesos por mes ¿Dónde está la contención del Estado?





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