POSADAS. Desesperada, después de más de un año de hacer gestiones ante la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) y el Banco Macro, una madre de ocho hijos que no cobra la Asignación Universal por ninguno de ellos decidió ayer comenzar una huelga de hambre frente a la Casa de Gobierno. La mujer se llama Margarita Da Cruz y tiene 33 años. Junto al banco de plaza donde esta madre se encadenó están sus hijos, los mellizos de un año y cuatro meses, un nene de seis, otra de siete, de diez, un varón de doce y una adolescente de catorce años. ¿Qué llevó a esta madre a dejar de comer para llamar la atención del Gobierno provincial? Según contó ayer a PRIMERA EDICIÓN, “estoy haciendo una huelga de hambre porque hace 22 meses estoy luchando para cobrar el salario universal y todavía no puedo”. Es que -según le explicaron a Margarita en la Anses- otra mujer con su mismo nombre y Documento Nacional de Identidad está cobrando este beneficio en su lugar. “Yo hice todos los trámites hace más de dos años y, pese a que las asignaciones fueron autorizadas hace 22 meses, nunca pude cobrar”, detalló.Según precisó Margarita, “la última vez que fui a la Anses me dijeron que la persona que cobró en mi nombre sólo lo hizo un mes y que el dinero correspondiente a los otros meses está acumulado en el Banco Macro. Por eso fui al banco y gestioné mi tarjeta… me la dieron y todo pero cuando quiero sacar dinero me dice que la cuenta está vacía. Ya no sé adónde ir, ni en la Anses ni en el banco me dan soluciones, por eso empecé esta huelga de hambre para ver si puedo llamar la atención del señor Gobernador y pedir su apoyo para que me ayude a recibir una solución a mi problema”. Jefa de familia Margarita se separó de su pareja hace poco más de un año y desde entonces está sola con la manutención de sus hijos. “Trabajo en una casa como empleada doméstica, lavo ropa… y eso me permite juntar algo de dinero para mis hijos. También tengo el ticket del comedor”. Mientras su mamá habla con PRIMERA EDICIÓN, uno de los mellizos -Julián Eliseo- juega con un ladrillo, lo rompe con fuerza y -ya con un trozo en cada mano- los golpea como platillos. Mucho más quietito, su hermano -Brandon Nicolás- permanece sentado cerca de Margarita. “Tengo cinco hijos que van a la escuela y el año que viene ya serán seis, todo es muy difícil porque necesitan útiles y guardapolvos. Hasta ahora sólo le pude pagar la inscripción a uno de los mis hijos porque no me alcanza para inscribir a los otros. Es que en la Escuela 835 cobran 100 pesos de inscripción por chico… les expliqué mi situación y me dijeron que me iban a hacer más barato pero que igual tenía que pagar algo. Todavía no sé de dónde voy a sacar esa plata”, contó angustiada. Medida extremaSólo agua ingerirá esta madre de ocho hijos hasta que “alguien” se acerque a brindarle apoyo para cobrar lo que le corresponde por Asignación Universal por Hijo. La acompaña -además de sus hijos- un vecino. Hasta ayer al mediodía, la protesta de Margarita sólo había llamado la atención de los medios de comunicación y de una agente de policía de Casa de Gobierno que se acercó a preguntarle los motivos por lo que se encadenó al banco de la plaza. “Necesito que me ayuden”, dijo sinceramente.





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