POSADAS. Sin ninguna variante y con la sola discrepancia de los dos ediles del bloque radical, el Concejo Deliberante reeligió ayer su conducción dándole mandato por otros doce meses. Los renovadores Magdalena Solari, Carlos Alberto Báez y Laura Grisel Duarte fueron ratificados para desempeñarse como presidenta, vicepresidente primero y segunda.Quedaron también ratificadas la conducción en manos renovadoras y de uno de sus aliados de las ocho comisiones de trabajo, como tampoco sufrió modificaciones la Parlamentaria Permanente, ampliamente dominada por el oficialismo. Éstas si con el apoyo unánime de los catorce ediles presentes.Extensa y polémica sesiónLa extensa sesión que se prolongó por casi 120 minutos, con recinto colmado en exceso y público cubriendo el hall de la casa y los aledaños del edificio, contó con la participación del intendente Orlando Franco -quien ocupó un lugar a la diestra de la Presidencia- y la totalidad de su gabinete, además de legisladores, ministros y funcionarios provinciales. Lo que marcó un bullicio que, por momentos, apagó la intervención de los ediles al momento de expresar su voto.Tras aprobar el decreto de convocatoria, estuvo a cargo del renovador José Moglia la propuesta de la futura mesa directiva, procediéndose de inmediato a la votación nominal. Pero no se siguió el habitual orden alfabético, sino se consideró la ubicación de cada banca.Desde el oficialismo hubo coincidencia en destacar la importante labor deliberativa desarrollada durante el año y el consenso que, muchas veces, se consiguió con la oposición, además de los lógicos agradecimientos en estos casos.Desde la oposición, salvo el justicialista Ramón Velázquez y el filorrenovador José Almirón (PRO), hubo críticas en cuanto a la necesidad de hacer cumplir la Carta Orgánica Municipal (COM) en los aspectos hasta ahora soslayados.Ese año fue el centro de los duros comentarios a la labor del cuerpo que “desoyó la voluntad popular expresadas en las urnas (en 2009)”. Pero que mereció una fuerte advertencia del radical Hernán Damiani en cuanto a que se ocultaron durante dos años vetos interpuestos entonces por la jefatura comunal. Responsabilizó a la Presidencia del Concejo por lo que calificó una “falta grave” y, repitiendo anteriores planteos radicales, reclamó una pronta definición judicial al respeto a las bancas que correspondieron a las minorías y las birló el oficialismo. En ello justificó el voto diferente del bloque que impidió que Solari obtuviera el apoyo unánime de hace un año. Cambio y olvidos inexplicablesEn un comportamiento que se hizo un hábito a lo largo del año deliberativo concluido hace diez días, la Presidencia del Concejo obró según su mejor entender y sin tener presente disposiciones legales ni normativas vigentes.Así, por ejemplo, al comenzar la sesión sólo se cantaron las canciones oficiales de la provincia (a la que definió como himno) y del municipio. Se “olvidó” la Legislación nacional que obliga a entonar el Himno Nacional en este tipo de actos y ceremonias. “Parece que hay un movimiento independentista en Posadas, ya que aquí no se toca el himno, se le da más importancia a la canción oficial, y en el mástil de la ciudad desde hace semanas no está la bandera argentina, dándole prioridad a la provincial”, se comentó.Pero no todo terminó allí. A la hora de jurar, quien el tomó el juramento a Magdalena Solari, el vicepresidente Carlos Báez, utilizó una fórmula distinta a alguna de las tres establecidas en el Reglamento Interno del cuerpo. Lo hizo por sus “ancestros” y no “por Dios”, “los santos evangelios” o “la patria y el honor” (artículo 6, RI).Otro tanto ocurrió, cuando erróneamente se hizo jurar al secretario Gustavo Ramírez Aranda, sin la previa ratificación del cuerpo, ya que es designado por éste y no por la Presidencia (artículos 28 y 34, RI).





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