BERNARDO DE IRIGOYEN. De acuerdo al último Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas (2010), Misiones es la tercera provincia con mayor índice de analfabatismo, después de Chaco (5,48) y Corrientes (4,27). En Misiones, cuatro (4,10) de cada cien mayores de diez años no sabe leer ni escribir. Según relevó el Censo 2010, hay 35.772 habitantes de esta provincia (en un total de 871.555 mayores de diez años) que nunca fueron a la escuela o, si lo hicieron, abandonaron sus estudios antes de poder adquirir las nociones básicas de lecto-escritura. La distancia de la escuela y la situación económica familiar son los motivos más recurrentes que dan cuenta los adultos por los que no pudieron cursar la primaria cuando fueron niños. Pero los tiempos cambiaron y la llegada del asfalto y la creación de establecimientos escolares posibilita que muchos de ellos, que sienten el estudio como materia pendiente en sus vidas, decidan emprender con esfuerzo y sacrificio ese aprendizaje que las circunstancias de sus vidas no les permitieron encarar en otros momentos. La necesidad de estudiarLa escuela de adultos que funciona en el edificio de la Escuela 782 del paraje Tres Vecinos, sobre la ruta 17. A pesar de no disponer de luz eléctrica, estudian a la luz de las velas, están cursando en horario nocturno desde comienzos de 2013. Esta escuela de adultos se erigió a través de un proyecto comunitario de un grupo de vecinos que decidieron retomar o en algunos casos comenzar su aprendizaje formal. A partir de esta decisión se iniciaron todos los trámites para convertirla en aula satélite de la Escuela para Jóvenes y Adultos (EPJA) 39 del paraje Dos Hermanas. Pero el proyecto fue rechazado por el Consejo General de Educación (CGE) aduciendo que este año no se crean cargos de escuela de adultos, pero autorizando a desafectar un cargo de otra escuela para traerlo a esta, pero según la supervisora de adultos no habría cargos en la zona para desafectar. Quieren dejar de ser analfabetosIsabel tiene 36 años y concurre a la escuela con su hija menor (dos años) “esto para mí es muy importante, hace tiempo que quiero estudiar, en mi época fue muy difícil, tuve que salir a trabajar y dejar los estudios, yo tengo dos hijos en el secundario y no puedo ayudarlos, apenas sé leer y escribir más o menos, y me siento marginada en muchas cosas, quiero aprender y sé que tengo el derecho. Desde marzo estoy viniendo, camino tres kilómetros con mi hija a upa para poder venir, estudiamos a la luz de las velas pero todo ese sacrificio vale la pena porque quiero aprender” y para finalizar agrega “si nos niegan esta posibilidad no podremos seguir estudiando, nos condenan al analfabetismo”.“La primera vez que entré a una escuela fue para votar”“Cuando era chico no tuve la posibilidad de estudiar, vivía en la colonia muy lejos de toda escuela y de seis hermanos ninguno pudo estudiar” relata Roberto (35) “a mí me hace falta mucho estudiar, capacitarme, aprender y de esa manera estar mejor preparado para desempeñarme en mi trabajo, el conocimiento es una herramienta imprescindible entonces ¿Por qué nos niegan esa posibilidad?”.“Trabajo todo el día y a pesar del cansancio vengo con ganas todas las noches a partir de las 6 de la tarde a estudiar, la primera vez que entré a una escuela fue cuando fui a votar a los 18 años y hora poder estudiar es un cambio total en mi vida. Sólo pedimos dos cosas: que nombren a la maestra que viene dando clases gratis todo el año y que nos pongan luz eléctrica para no seguir estudiando con velas.”“Tengo 7 hijos y no falto nunca”Marilde (40) es madre de siete hijos y también decidió estudiar, en su niñez pudo estudiar sólo hasta quinto grado, pero ahora al tener esta posibilidad no duda en aprovecharla y proseguir sus estudios: “siempre quise continuar mis estudios y ahora que tenemos esta posibilidad y lo estamos logrando parece que el gobierno no quiere colaborar, siento mucha indignación, esta escuela la necesitamos, es muy importante para todos nosotros, fíjese que a pesar de no tener luz somos 25 alumnos que concurrimos, necesitamos nuestra escuela y vamos a pelear por ella, porque es nuestro futuro y el de nuestros hijos, a mí no me sobra tiempo pero aunque sea acompañada por alguno de mis hijos vengo todos los días, no falto nunca.”Todos coinciden en que es su única oportunidad, también coinciden en que si dispusieran de suministro eléctrico se duplicaría la cantidad de alumnos. Hasta el momento, la docente ha trabajado gratis durante todo el año, lo único que se le pide al gobierno es un nombramiento, un cargo.
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