Varios terrenos municipales se cedieron o comercializaron en los últimos meses. Denuncian negocios inmobiliarios de la comuna en perjuicio de sus pobladores. Aristóbulo es nuestra, es la ciudad en la que todos vivimos y es patrimonio de todos. No es propiedad del intendente ni de los concejales. Así sentencia una campaña vecinal que se inició en los últimos días a través de las redes sociales y que busca nuevas fórmulas de visibilización, como rechazo a la comercialización de varios predios de propiedad municipal encarada durante este año por el Ejecutivo local con el aval mayoritario pero no unánime- del Concejo Deliberante.
La campaña, bajo el lema Aristóbulo no se vende, denuncia que en los últimos años, en forma sistemática, el intendente Eldor Hut impulsa la venta de tierras públicas para negocios inmobiliarios. Ha cedido a sus amigos más terrenos que todos los intendentes anteriores juntos.
El último caso, confirmado la semana pasada a través del Boletín Oficial de la Provincia, es la oferta pública por un terreno sobre la avenida Paraguay que estaba destinado a un espacio verde para el barrio Ramírez, en pleno centro de la localidad, pero que -según habría manifestado el mismo Hut, sería vendido a un empresario de transporte de pasajeros.
Según el Boletín Oficial del 11 de junio, la apertura de ofertas se llevará a cabo el próximo miércoles 27 a las 10, en la Municipalidad.
Para los opositores, esta transacción llama la atención por que el precio base es diez veces menor al precio de mercado: con estos valores, es como si un terreno de 10×30 metros, que en esa zona cuesta hoy alrededor de 800 mil pesos, se vendiera a $80 mil.
Un caso similar aportan los pobladores en Salto Encantado: un espacio destinado a una plaza infantil sobre la calle Ruiz de Montoya, en el barrio Otto Krause, habría sido cedido por el municipio a un conocido empresario para que instale un lavadero industrial.
Cuando vimos los camiones y las máquinas de la Municipalidad quedamos contentos porque nos dijeron que iba a ser una plaza, pero después resultó que va a ser un lavadero, lamentó Carlos, un vecino del barrio, mientras que otra de nombre Carmen, protestó porque hace mucho venimos reclamando por los caminos, que son un desastre, y nunca fueron a arreglarlos; ahora tiraron como 100 cargas de tierra y le dan nuestra plaza a quien no necesita, es una vergüenza.
Al respecto, el edil Luis Vallejos (PAyS) contó que la semana pasada presenté un pedido de informe en el Concejo para que el Ejecutivo aclare la situación, por eso invité a los vecinos del barrio para que puedan explicar a todos los concejales el tema de la plaza. Creo que todos deberíamos estar preocupados por este tema.
Vallejos y la renovadora disidente Noelia Potschka son los únicos que pusieron reparos en el cuerpo deliberativo a las últimas decisiones de venta de terrenos por parte del municipio. Tanto el ya mencionado del barrio Ramírez como otro sobre la ex ruta 12, en pleno centro de la ciudad, aprobada a comienzos de este año pero efectivizado en abril.
El caso es que la continua aparición de episodios de comercialización o cesión de predios públicos preocupa a parte de la comunidad, que se autoconvocó a través de las redes sociales, bajo la consigna Aristóbulo no se vende, para intentar frenar la venta del patrimonio municipal.
Para ellos, el intendente y los concejales deben dar participación real en las decisiones a los ciudadanos, antes de decidir sobre el destino de nuestros bienes públicos. La política de venta de tierras públicas afecta a todos los habitantes de Aristóbulo en su calidad de vida y a nuestros hijos, que son los herederos de estas tierras. Los inmuebles que se venden no se recuperan más. Queremos una ciudad para sus habitantes y no para negocios inmobiliarios, sentenciaron los impulsores de la campaña.
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