Creen que podría comenzar a funcionar a fin de este año. En la mira de Argentina por el impacto sobre el Parque Nacional. La obra de construcción de la Hidroeléctrica Baixo Iguaçu (ubicada cerca de las Cataratas del Iguazú), concluyó una nueva etapa con el descenso del rotor de la unidad generadora 3. Es el último gran equipo a instalarse en la planta, que debe entrar en funcionamiento antes de fin de este año, según lo preciso la Agencia oficial de Noticias de Paraná.
Ubicada en el tramo final del río homónimo, entre los municipios de Capanema y Capitán Leónidas Marques, la planta es construida por COPEL y Neoenergia. La inversión total prevista es de R$ 1,7 mil millones, con participación del 30% de la COPEL y el resto de Neoenergia. La obra comenzó en 2013 y, actualmente, 2.500 empleados trabajan en la fase final de construcción.
Para llegar a esta instancia, como en el caso de la mayoría de las represas, hubo idas y vueltas con los pobladores de la zona, una rediagramación del proyecto original para evitar un mayor impacto ambiental del que efectivamente habrá. Incluso problemas con un temporal que afectó el inicio de la mega hidroeléctrica cerca a la provincia argentina de Misiones.
El presidente de COPEL, Jonel Yurk, recordó que esa usina es el último gran aprovechamiento del Iguazú y la sexta del río. La unidad tiene capacidad instalada de 350 megavatios, suficiente para abastecer una ciudad de casi un millón de habitantes y contribuye al desarrollo de Paraná y del país, dijo Yurk. Como el sistema eléctrico nacional es interconectado, esa energía va a varios lugares de Paraná y de otras regiones de Brasil, dijo.
Brasil, con Baixo Iguazú, se asegurará el control del caudal de un río que puede afectar a un patrimonio mundial de la UNESCO como son las Cataratas. Una maravilla natural mundial que Argentina comparte con el vecino país.
Los ojos estarán puestos en las maniobras que se realicen para evitar las descargas excesivas de agua como las retenciones que provoquen sequías, alterando el ecosistema del parque nacional.
El sistema de generador pesa 492 toneladas y es de 13,4 metros de diámetro. El descenso y encaje dentro de la usina es un trabajo que requirió extremo cuidado y precisión, con alrededor de una hora para ser terminado.
Según el director de generación y transmisión de COPEL Sergio Lamy, la colocación del tercer y último rotor significa que la obra ya se encamina hacia la finalización de la obra. En los próximos meses estaremos aptos para iniciar la generación comercial. En noviembre debemos estar con la generación de la primera unidad, dijo.
Lamy consideró que la usina Baixo Iguazú deberá dar una contribución importante al sector eléctrico brasileño, principalmente en el costo adicional eso porque el país hoy está en escasez, la situación hidrológica es bastante severa. Con esa unidad tendremos condiciones de reducir la generación térmica y reducir el costo de la energía eléctrica en el país, explicó.
Capanema y el Capitán Leonidas Márques, con áreas cubiertas en la construcción de la planta, se beneficiarán directamente por el aumento de los ingresos fiscales. Además, cuando empiece a producir energía, la Usina Baixo Iguaçu va a pagar una compensación financiera por el uso de los recursos hídricos, aumentando los ingresos de las alcaldías.
El presidente del consorcio COPEL/Neoenergia, José de Anchieta, recordó que el Lago Baixo Iguazú será operado por goteo, que significa que no tendrá la función de acumular gran volumen de agua para regularizar el flujo del río por eso el impacto es el mínimo posible. Tenemos un depósito de 13,5 kilómetros cuadrados de área, con un impacto en 3 mil hectáreas, pequeño considerando la dimensión de la obra, que es gigantesca e importante para matriz energética nacional, dijo.
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