Daiana Florencia Seró se instruyó bajo la tutela de un consagrado equipo médico local. Luego de tres años de residencia en el Pediátrico de Posadas, pasará a ser jefa de residentes.
La médica pediatra Daiana Florencia Seró (29) se convirtió en la primera cirujana infantil formada como tal en Misiones.
Instruida durante tres años por el equipo médico del servicio de cirugía del Hospital de Pediatría Fernando Barreyro, Seró recibirá su diploma este jueves en el marco de un acto que se realizará en el aula magna de esa institución.
Este sueño nació en el corazón de personas visionarias, quienes sin pensar en lo que iba a costar y en las dificultades que se iban a presentar, pudieron visualizar el objetivo terminado, dijo a PRIMERA EDICIÓN la flamante profesional al recordar el proceso que la llevó a concretar una de sus metas más anheladas.
El proyecto de formar especialistas misioneros que ejerzan en la provincia fue engendrado en el corazón de un gran maestro: el médico Juan Bautista Casabonne, a quien extraño mucho y me hubiera gustado que estuviera presente, pero Dios decidió que se nos adelantara en este viaje. A él todo mi reconocimiento, mi admiración y respeto por siempre, indicó.
Daiana Seró es posadeña, a los 23 años culminó sus estudios de medicina en Santo Tomé (Corrientes). Después de cumplir con la residencia pediátrica iniciada en el Barreyro, hace tres años se presentó la ocasión para abrirse camino como cirujana infantil.
Al respecto destacó que conociendo las necesidades de la población pediátrica y dejando de lado toda exclusividad y orgullo, mis formadores pudieron ver que transmitir los conocimientos no solo los hacía más grandes si no que aseguraban la continuidad de atención de calidad para los niños, se enorgulleció.
El camino de la formación es extremadamente duro. La médica reconoció que prácticamente vive en el hospital: Paso más tiempo acá que en mi casa, sin lugar a dudas, sonrió luminosa.
El proceso para adquirir la especialidad fue gradual. Ella venía de una formación como médica clínica; de lo quirúrgico directamente no tenía experiencia.
Empecé con lo mínimo y fui avanzando en complejidad y responsabilidad hasta terminar. Primero como ayudante de cirugía y de a poco, de acuerdo a la habilidad, asumí nuevas tareas, recordó.
Por otra parte, en el marco de un breve contacto telefónico con este Diario, su instructor, el cirujano pediátrico Cesar Benmaor, no escatimó en elogios para la flamante profesional, de quien dijo: Daiana fue destacada ya como residente pediátrica, y sobresaliente en la residencia de la especialidad en cirugía. Es muy dedicada y responsable con la profesión y sus pacientes.
En nombre del equipo que la formó resaltó Benmaor: Tuvimos el honor de contar con una persona como ella en el servicio de cirugía, cuando transitaba sus primeros pasos en la residencia.
Amor a los pacientes
Para la cirujana Seró uno de los desafíos cotidianos que afronta también pasa por tratar que los pacientes tengan el menor nivel de estrés cuando ingresan al quirófano.
A modo de juego tenemos disfraces infantiles y también hay para nosotros, contó con humor, de hecho ella tiene sus lupas de color rosa, lo que ante la mirada de sus pacientes la coloca en un lugar de tranquilidad para afrontar la sala de cirugía.
Tengo pacientes que, como se operaron varias veces, ya me piden como quieren que los espere disfrazada, como uno me pidió una vez que en el quirófano lo espere ’Peppa la cerdita’ y así tratamos que sea lo menos estresante para ellos.
Le ha tocado en ese sentido, a pedido de los niños, disfrazarse de batichica, la mujer maravilla y otros personajes curiosos.
La idea se materializó por iniciativa de la mamá de Daiana, que es maestra jardinera, y ahora ya tienen una cantidad importante de disfraces que a los chicos les encanta.
Quien por ejemplo entra dos veces a quirófano, ya lo hace esperando que les demos los juguetes y las capas. Y eso ayuda a que lleguen a sus cirugías muchísimos más relajados.
El amor y la pasión que la flamante nueva cirujana le pone a la profesión, se percibe hasta por los poros y ella asegura que todo se lo debe a su equipo que la fue guiado y encaminado, que no perdió el entusiasmo a pesar de lo difícil que se tornó el camino, aseguró.
Conejillo de indias
A mí me tocó ser la primera residente, el conejillo de indias y me llena de orgullo decirlo, fue la respuesta de la médica a la pregunta de cómo se inició.
Encontré en la cirugía pediátrica la profesión que me hace feliz y me apasiona, insistió.
Al año siguiente de su incorporación ingresaron otros dos postulantes y durante éste no hubo ingresos para la residencia post básica. Quien llega a esta instancia tiene que tener otra residencia ya hecha, que puede ser en pediatría o cirugía general (de adultos).
Doy gracias a Dios porque su mano siempre me sostuvo y porque Él cumplió mi sueño una vez más. Gracias a mi familia por ser mi apoyo incondicional y perdonarme tantas ausencias.
Finalmente, Seró agradeció “desde lo más profundo de mi corazón a los doctores Dionisio Casco, Marcelino Gamarra, Valeria Frasca y a Silvina Cabral, por haberme dado lo mejor de cada uno, por haber confiado en mí y porque lo siguen haciendo día a día. También a las instrumentadoras que son mis compañeras y aliadas de todos los días. Quiero hacer un reconocimiento especial al doctor César Benmaor quién fue mi instructor, la voluntad inquebrantable, la paciencia, y el compromiso que le puso a este proyecto, merecen ser reconocidos.
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