Catorce causas penales, seis excarcelaciones y un pedido de captura de la Justicia, esos eran los antecedentes del joven de 24 años que pereció ayer en el acto sobre la ruta nacional 12 en el acceso a Garupá. Estuvo cercado durante 48 horas por la policía. Tenía cerca de 20 mil pesos en efectivo, 11 gramos de marihuana y un documento falso.
Por las salas de espera, rampas y demás dependencias del Hospital de Pediatría de Posadas durante la mañana de ayer se respiraba tensión y una profunda preocupación de galenos y enfermeros por la evolución de la niña de Pozo Azul, la pequeña de seis años en estado crítico, atacada a golpes y violada durante la mañana del sábado.
Su padre dialogó en forma exclusiva con PRIMERA EDICIÓN. Acongojado y respirando profundo para no perder la calma lanzó: Por favor que lo atrapen rápido, mi hija está grave y estamos desesperados.
El tono de súplica se mantuvo tangible hasta las 16.45, cuando sobre la ruta nacional 12 a 200 metros de un conocido local bailable, frente al acceso a Garupá, el sujeto más buscado pereció en el acto arrollado por un camión de logística que transportaba insumos para conexiones de televisión satelital.
Fue su último intento de fuga. Un cuidador de la bailanta conocida como 622, alertó de la presencia del sospechoso saliendo de la vegetación. A corta distancia el cerrojo montado por parte de los 350 policías designados al procedimiento desde el lunes en la zona respondió de inmediato y al menos cuatro miembros del Grupo de Operaciones de Especiales dieron la voz de alto y comenzaron a correrlo.
Pero Sotelo volvió a mostrar agilidad y cruzó la colectora de la ruta y el carril de sentido Norte-Sur, saltó la valla de cemento y su suerte finalizó con el impacto del camión Iveco Cargo que se dirigía hacia Oberá.
De las primeras estimaciones adelantadas por fuentes de este medio se detalló que el golpe fue en la mandíbula con la defensa delantera del transporte y luego fue arrollado por el eje trasero.
El camionero de 32 años no tuvo tiempo a frenar, no pudo atinar a casi ninguna maniobra porque se vio sorprendido por el muchacho que corría y que saltó la división de cemento de 1,40 metros de alto.
La identidad del occiso se confirmó en pocos minutos. Se trató de Franco Sotelo, el joven de 24 años con un trébol en el cuello, entre los múltiples tatuajes que lo describían. Estaba tirado boca abajo en el asfalto, sin remera y sin ningún signo vital. Cinco horas después el cotejo de huellas dactilares determinó la identidad.
Pereció en el acto, confirmaron voceros policiales de inmediato y se presume que no buscó quitarse la vida de esa manera, sino que intentó continuar prófugo pero huyendo de la madriguera en que se convirtió la zona de monte de la desembocadura del arroyo Garupá y la ruta nacional 12.
Entre la ropa se hallaron rollos con dinero, en uno de ellos 1.985 pesos, en otro 800 dólares y pocos billetes más por 35 pesos, además de 11 gramos de picadura de marihuana y una vieja cédula de identidad otorgada por la Policía Federal que no le correspondía.
No se le encontró ningún tipo de arma, ni de fuego ni blanca, por lo que se sostiene que luchó por escaparse una vez más, y sabiendo de sus dotes atléticas -en pocos años se convirtió en experto en robos con escalamiento- se sintió lo suficientemente poderoso como para sortear la peligrosa autovía.
Una versión se manifestó relacionada a la posibilidad de un trastorno por ansiedad ante la abstinencia de estupefacientes, principalmente cocaína. Fuentes calificadas señalaron que era adicto a las drogas y que la desesperación por no poder adquirirlas escondido en la vegetación aceleraron su necesidad de escapar.
De inmediato todos los grupos de policías que lo buscaban arribaron a la escena. No podía morir de otra manera parece, siempre quiso escapar, no parecía que iba a entregarse porque lo teníamos acorralado y escabulló desde el domingo saltando techos en el barrio Los Kiris, resumió a este Diario uno de los miembros de la Dirección de Homicidios, que participó del operativo.
Detrás arribaron los uniformados que pasadas las 15 de ayer literalmente corrieron hasta Candelaria donde se había desatado el alerta porque un sujeto sospechoso escapaba empujando una motocicleta. Apenas fue atrapado se confirmó de una falsa alarma y que el joven llevaba el vehículo caminando porque no podía arrancarlo ya que estaba en desuso y no llevaba ningún documento que certificara su propiedad, por lo que decidió por la huida. Con la llegada del juez de Instrucción 1, Marcelo Cardozo, se dispuso que el cuerpo fuera llevado a la Morgue Judicial para la respectiva autopsia.
También se le comunicó del hecho al juez de Instrucción de San Vicente, Gerardo Casco, quien lleva adelante la causa por abuso sexual y lesiones graves y quien solicitó a su par de Posadas el domingo la detención de Sotelo apenas fue ubicado, primero en la chacra 181 y luego en el barrio Los Kiris limpiando su Volkswagen Gol blanco en el que raptó a la menor que lucha por sobrevivir en Pediatría.
En cuanto a la situación del suboficial de la Policía de Misiones que presuntamente habría colaborado para que Sotelo se profugara el domingo, enviándole mensajes de texto, el expediente se instruye en el juzgado de Marcelo Cardozo bajo la imputación provisoria de encubrimiento agravado por la función pública y facilitación de escape.
De esta manera, seguirá detenido el sargento que, al menos hasta el domingo pasado, prestaba servicios en la seccional Primera de Posadas.
Confirmada la muerte de Franco Emanuel Sotelo, resta solamente su registro de ADN y la causa quedaría técnicamente camino a su cierre porque el fallecimiento extingue la acción, por lo que no se podrá al sospechoso.
Otro punto de la instrucción del expediente en San Vicente, recalca que el primer sospechoso demorado, nunca fue interrogado y su participación en el macabro hecho del sábado fue descartada.
El dolor que no se puede borrar y que sigue corriendo permanece en el Hospital de Pediatría, donde el padre de la víctima apuntada a Sotelo había señalado horas antes: No sabemos qué hacer, la más grande (de 12 años) está mejor, pero la más chica está muy mal. Solo pensamos en que se salve, rezamos por eso. No entiendo por qué le hicieron eso, no sé que decir ni imaginar, solo pido por favor que atrapen a ese tipo.
Continúa en grave estado
Mientras tanto, la pequeña permanecía internada anoche en el sector de terapia intensiva del?Hospital de Pediatría de Posadas, bajo pronóstico reservado y con alto riesgo de vida, según el parte oficial.
La niña de seis años continúa estabilizada con asistencia respiratoria mecánica y manejo hemodinámico con monitoreo invasivo. Sufrió fractura y hundimiento de cráneo, además de lesiones en la zona íntima.
No obstante aquello, una luz de esperanza se encendió en las últimas horas, en razón de que se registró una leve evolución: comenzó a alimentarse a través de una sonda. Los especialistas aguardan con expectativa por nuevas mejoría en las próximas horas. El milagro aún es palpable.
Pedido de captura desde Entre Ríos
El domingo 4 de marzo, hace poco más de un mes, un desconocido ingresó a un edificio de la calle Vélez Sarsfield de Paraná, en pleno Parque Urquiza, una zona acaudalada, y se alzó con joyas y relojes marca Rolex. La víctima resultó ser un gerente bancario.
La Policía entrerriana inició una pesquisa y, mediante las huellas dactilares levantadas en la escena, confirmó que el autor había sido Sotelo.
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