Organismos y funcionarios no faltan. Es más, sobran. La ausencia de los mismos es notoria, solo se ven sus caras en los medios si hay algún acto importante, algún anuncio o bien se los escucha dando cátedras de derechos. Pero la realidad los supera.
Hace pocos días tomó estado público el caso de un niño posadeño que, cansado de los maltratos de sus padres, decidió irse de la casa. La noticia posterior fue que la policía lo encontró y poco después restituyó… a sus padres, los mismos de los cuales el niño había huido.
Los comentarios de repudios, ante el actuar de la Justicia, y la ausencia de los organismos que deberían defender los derechos de los niños, fueron circulando por las redes sociales. Y es que hay hechos, situaciones de vulnerabilidad, de violación de derechos humanos que vemos a diario; convivimos con ellos. También somos testigos de la solidaridad de la gente, que de forma particular o a través de las asociaciones civiles hacen el trabajo de muchos funcionarios ausentes.
Organismos y funcionarios no faltan. Es más, sobran. La ausencia de los mismos es notoria, solo se ven sus caras en los medios si hay algún acto importante, algún anuncio o bien se los escucha dando cátedras de derechos. Pero la realidad los supera.
En Misiones tenemos desde Defensorías en el Poder Judicial, que atienden o intervienen en caso donde el menor está involucrado. Pero dentro del Ejecutivo Provincial y Municipal se cuentan con organismos específicos como la Dirección de Infancia del Ministerio de Desarrollo Social; el Ministerio de Derechos Humanos; y la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes. Organismos y funcionarios que quedaron ausentes en este caso relevante. Pero se suman voces respecto a que no se expiden por nada, no intervienen, pareciera que no leyeran los medios. Parece que vivieran alejados de lo que padecen o viven a diario muchos niños, adolescentes y jóvenes en nuestra sociedad.
¿No deberían representarlos? ¿No deberían estar recorriendo barrios, municipios, reuniéndose con actores locales o vecinos para enterarse de las cosas, no ven a su alrededor cuando circulan en sus autos?
No. Solo ven sus intereses, sus ansias de poder. No salen de sus oficinas, no escuchan a nadie. Lo que pasó con este niño, no es casual, lo que vemos a diario, escuchamos en los medios tampoco
es el resultado de la ausencia de funcionarios específicos, la falta de compromiso. Una condena para miles de niños y adolescentes que esperan un defensor.
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