Antiguos rituales toman a los apostoleños en encuentros donde las descendencias se pierden en encuentros únicos.APÓSTOLES. Las costumbres dicen mucho de la gente que habita un lugar. De las polacas, por ejemplo, puede decirse que reflejan gente acostumbrada al esfuerzo, ahínco que en la Capital de la Yerba Mate la colectividad exhibe con más energía durante Semana Santa a través de bellísimos rituales que hoy ya son un poco parte del pueblo en general, como los huevos pintados o la bendición de las canastas.
Susana Boyko contó a Ko ape que para nosotros esta es una fecha espiritual, en la que se festeja la resurrección de Jesús, es la fiesta más importante de la Iglesia y los descendientes trajeron tradiciones que mantenemos, por ejemplo, el viernes, en la iglesia, con expresión del Viacrucis en polaco, la bendición de la canasta pascual con todos sus significados, la sal, que representa la vida; la vela, la resurrección; el pan, el cuerpo de cristo, y el huevo, uno de los principales elementos, símbolo de la vida, la resurrección y el amor, añadió.
Cada momento, cada instante de la Semana Santa estará jaspeado de cuidadas ceremonias, como cuando el domingo el jefe de familia toma el huevo duro, sin cáscara, lo corta en tantas porciones como comensales estén sentados a la mesa, y lo sirve a cada uno deseando Felices Pascuas.
El huevo es muy antiguo, primero fue pagano, luego la Iglesia lo fue tomando como objeto, deseando felicidad con él, con el chocolate, con su historia, sostuvo Boyko, acervo que la Ciudad de las Flores mantiene vivo.
Es muy bueno que los jóvenes sigan esta historia, porque Apóstoles es la cuna de la colonización con polacos y ucranianos, todos ellos trajeron esas costumbres y todo el pueblo las adoptó, como acá no hay otro lugar en Argentina, aquí no hay excepciones, aquí se reúnen todos los lugareños, no solo los descendientes, apuntó.
Además, describió que la pintura en el huevo decorado en la plaza San Martín, la principal de la ciudad, representa a una mujer argentina con atuendos polacos y hace alusión a como Apóstoles nos representa y todo el mundo adoptó.
Historia del huevo de Pascua
La costumbre del tradicional huevo de Pascua data de hace siglos. Nace de mitos paganos reintegrados por los cristianos. A partir de San Agustín, comienza a adquirir el significado místico de la resurrección y, al regalarlo, los cristianos expresan su fe en la inmortalidad, en la salvación del alma.
Ya en el siglo XII era tradición regalar huevos para Pascua bajo diferentes formas. El de chocolate nace en la corte de Versalles; en el siglo XVI, Francisco I de Francia recibió el primer huevo con sorpresa que haya quedado documentado, pues en su interior encontró una miniatura grabada que representaba la pasión.
El tradicional conejo que trae los huevos, según cuenta una leyenda, comenzó hace muchos años y dice que una mujer que pintaba huevos para sus hijos en la Pascua tenía la costumbre esconderlos para que los niños los encontraran. Cierta vez, cuando los pequeños los hallaron un conejo saltó del nido, por lo cual pensaron que el animalito había traído el obsequio y así comenzó la historia.
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