Ante la ausencia del Estado, el productor Ramón Sequeira empezó a levantar el edificio. Pero el sueño para los 32 niños mbya sin escolarización se detuvo porque el colono no tiene más fondos para aportar. El CGE no reconoce la escuela
Las siete comunidades guaraníes asentadas en el corazón de la Biosfera Yabotí viven en el paraíso, pero este es un paraíso con caminos casi intransitables y sin escuela y sus habitantes demandan el acceso a la educación para sus hijos. Desde hace ya varios años, estas familias guaraníes piden que se cree una escuela para que sus hijos puedan aprender.
Creemos que es mejor que nuestra cultura camine junto a la cultura de los blancos, que podamos compartir experiencias como la educación de nuestros hijos. Por eso, hace varios años que pedimos la creación de una escuelita en la reserva Yabotí. Sueño con una escuela para mis nietos y los hijos de los que vienen, confió el cacique de la comunidad Pindó, Pablo Duarte, en una entrevista con Infosanpedro.
La gente de Buenos Aires trajo cosas para donar en varias oportunidades pero a veces tienen otros intereses con nosotros… me gustaría tener un hijo o un nieto o nieta que sepa leer y escribir, que pueda entender bien lo que dicen para que pueda comunicarme correctamente con ellos. No entiendo bien el castellano, hay veces que no alcanzo a comprender todo lo que me dicen. No estudié nunca, no sé leer ni escribir y necesito alguien que esté a mi lado que haya ido a la escuela, que conozca nuestros derechos y sepa bien el idioma de ustedes, admitió el cacique.
Un ejemplo a seguir
Ramón Sequeira, un colono de Colonia Flor, cercana a San Pedro que está a 130 kilómetros de estas comunidades guaraníes, sabe con certeza que son 32 los niños de 3 a 14 años de estas aldeas que nunca fueron a la escuela, nunca agarraron un lápiz porque no tuvieron oportunidad de aprender a hacerlo hasta ahora, describió el colono que con sus propias manos y sus propios recursos comenzó a construirles una escuelita de madera hace poco más de un año. Ahora la escuelita ya está terminada y falta un empujón más para culminar la obra del comedor escolar y los sanitarios, además de levantar una casita para el futuro maestro blanco y otra para el maestro guaraní pero Ramón Sequeira se quedó sin recursos y decidió pedir ayuda a todos los misioneros y al Gobierno en particular.
Vine a esta comunidad hace un año y seis meses y los caciques me preguntaron si yo podía juntar plata y madera para construir una escuela. Entonces vine con mi camioncito y las seis personas que forman parte de mi personal y empezamos a construir. Traje a Don Correa, un carpintero muy entendido, para que me ayudara. La escuela tiene ocho por diez metros y el comedor siete por ocho metros, indicó.
Tuvimos muchas dificultades y gastos, solo para venir a la comunidad gastamos mil pesos por viaje pero gracias a Dios pudimos terminar la escuela pero nos falta terminar el comedor. Lamentablemente nos quedamos sin clavos y tenemos que ver cómo conseguimos. Vamos a pedir ayuda al Gobernador a través de una nota porque hacen falta más cosas: queremos construir una casa para el maestro guaraní, un albergue para los alumnos que viven a 18 kilómetros de la escuela, y una casa más que sería para el otro maestro blanco.
Se ahogó al cruzar en canoa para ir a la escuela en Brasil
Sequeira no es un hacendado, es solo un pequeño productor comprometido con los guaraníes merecen ayuda de los argentinos. Yo soy un negro pobre pero creo que no les estoy fallando. Si cada uno pone un granito de arena va a salir todo, ya terminamos una parte y si nos juntamos seguro finalizamos lo que falta, estimó.
Hace tres semanas, al colono le tocó ser testigo de una joven que se ahogó tratando de cruzar en una canoa para asistir a la escuela en Brasil.
Era la hija de Marcio y vivía en una aldea que está a 18 kilómetros de acá. Quedamos muy sentidos todos y por eso vine a terminar la escuela con urgencia, ahora espero que venga el Ministerio de Educación y autorice para que funcione. Ojalá esto se difunda para que la gente nos ayude, necesitamos que colaboren para poder terminar la obra: necesitamos que nos presten por seis meses una camioneta porque yo tengo solo una moto, necesito plata del Gobierno, por lo menos 150 mil pesos porque ya no tengo, 60 chapas de zinc, 100 kilos de clavos y 100 litros de nafta. Queremos hacer bien las cosas y no parar con la obra, por eso pido a los misioneros que nos ayuden, pidió.
Hay edificio pero no escuela
Más allá de que el edificio para la escuelita está listo, falta una decisión política del Consejo General de Educación (CGE) para que se convierta en escuela, se creen los cargos necesarios y se designen docentes.
El intendente de San Pedro, Miguel Dos Santos, se comprometió a llevar adelante esta gestión ante las autoridades de Educación. Y también con el Ministerio de Ecología porque es una reserva.
Un chico de 14 años me dijo que era muy triste ver los carteles cercanos a su comunidades y no saber qué significan porque no sabe leer. La escuela es una necesidad real. Ellos están en medio del monte, a 130 kilómetros de San Pedro y el camino es bueno una parte pero otro tramo apenas cruzan las camionetas… hay que pedir permiso a Ecología para limpiar y arreglar los caminos, admitió el intendente. Mientras tanto se cree la escuela, el municipio decidió pagar a un joven guaraní que vino de otra aldea y que estudió en la facultad para que comience a enseñar algo a los chicos.
Cómo ayudar
Las personas que quieran aportar su granito de arena para ayudar a estas aldeas a tener una escuela, pueden hacerlo llamando a la Municipalidad de San Pedro o al colono Ramón Sequeira (3755-600938).
#Solidaridad #Educación
Siete comunidades guaraníes sueñan con tener una escuela. El colono Ramón Sequeira construyó el edificio con su dinero y trabajo. Pero ya no tiene fondos y por eso pide ayuda. El CGE no reconoce la escuela https://t.co/7M1gC2WGIB pic.twitter.com/9wBE8Op45W— Primera Edición (@primeraedicionw) March 10, 2018
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