Con Las Filomenas emprendió su camino como creadora. Al principio no fue fácil, pero su pasión por el tejido la hizo abandonar su carrera como ingeniera civil. Hoy lo disfruta.Para convertirse en una emprendedora, Andrea Levy recomienda tener la fortaleza de sentarte y esperar que las cosas fluyan porque uno arranca y cree que saldrá todo sobre ruedas, pero tenés que armarte de paciencia, constancia y darle siempre para adelante.
Así fue su camino, ese que un día eligió tomar luego de haber ejercido su profesión como Ingeniera Civil, trabajaba pero no estaba feliz haciendo eso. Elegí esa carrera porque me gustaban la física y las matemáticas, pero con el tiempo me di cuenta de que no era lo mío.
Desde pequeña, a los 7 años ya tejía con dos agujas y nunca pude aprender el crochet a pesar de los esfuerzos que hacía mi madre por enseñarme, pero no me salía nada. Cuando ella falleció agarré sus agujas y todo lo que me había enseñado pude crear. Desde ese día amé el crochet y no lo dejo nunca.
Sus principales creaciones son los Amigurumis, los pequeños muñecos que simpatizan con todos y Andrea les pone tanto amor que son los más requeridos, ella piensa que es por eso que lo más quiere la gente son estos muñequitos porque amo hacerlos, me encantan. Además el significado es lo que más me atrae.
La técnica es de origen japonés y según la tradición, cada amigurumi tiene un alma que lo convierte en el compañero confidente, proporciona protección y consuelo en los momentos tristes. Son objetos de apego ligados a la amistad, compañía y complicidad. Están realizados de algodón, rellenos de vellón siliconado y son sumamente fáciles de lavar.
Las Filomenas es el emprendimiento de esta amante del tejido, aunque también suma la costura básica para fundas de almohadones, cortinas y equipos para bebés como los baberos y un amigurumi para el chupete.
Hay algo en el arte de tejer que quien lo hace no sabe explicar bien lo que se siente como Andrea que confiesa que amo esto que hago y me ha dado satisfacciones que la ingeniería nunca me dio… En realidad no lo puedo poner en palabras, es un placer. A mis amigas que me preguntan cómo puede ser que hayas dejado la ingeniería por esta actividad y no sé explicar lo que se siente.
Además borda, si bien no es lo que más le gusta porque requiere de más tiempo y más paciencia, viajó para realizar un taller de bordado de alta costura y ella dice: Si esto hubiera conocido hace 20 años no me habría recibido. Es muy bello, se borda con un bastidor que nunca había visto.
Y así, siempre está buscando actualizarse porque de otra manera te quedás con el crochet de la abuela.
El arte de tejer es también la terapia para tener un cable a tierra. Cuando tomé las agujas, al principio lo hacía para desestresarme de mi trabajo como ingeniera y es como que vas repitiendo un mantra porque vas contando: uno, dos, tres y aumento… durante años fue mi terapia de desconexión.
Hoy vive en un permanente estado de paz, tranquilidad y felicidad con su arte.
Contactos
La pueden contactar a través de la página de Facebook “Las Filomenas”, el nombre del emprendimiento que surgió de la mamá de una amiga y así quedó.
También pueden enviarle un Whatsapp al 3764-261249.
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