El flamante secretario de Fortalecimiento Institucional de la Nación, Fernando Sánchez, anticipó que avanzará en una nueva ley de ética pública (llamada de Integridad pública) y en fortalecer el Ministerio Público Fiscal, entre otros cambios.
Además consideró que si 2017 fue el año de reformar “los grandes regímenes como el fiscal y el previsional”, 2018 será “el año de las reformas institucionales”.
El funcionario, que acompaña a Elisa Carrió en la Coalición Cívica desde su fundación, se mostró muy cómodo siendo el único representante de la diputada en la Casa Rosada y consideró -en una entrevista con Télam- que “un Gobierno tiene que estar acostumbrado a la crítica honesta y sensata”.
Muy crítico del kirchenrismo, opinó que esa fuerza seguirá en “la intransigencia de un discurso que le sirve para sostenerse con determinado electorado y para seguir sosteniendo que no cometió ningún delito y que no dejó ningún pobre”.
¿En qué temas avanzará la nueva Secretaría?
Necesitamos, además de que los funcionarios se comporten como gente bien nacida, una ley nueva de ética pública -que la vamos a llamar de integridad pública, porque lo otro queda corto- y va a tener herramientas para el conflicto de intereses, con límites más claros para los funcionarios. Vamos a ampliar las declaraciones juradas, porque a Cristina (por la ex presidenta) no le gustaba mostrar lo que tenían sus funcionarios e hizo retroceder la ley de ética pública en su momento. En síntesis, vamos a garantizar que haya herramientas suficientes para que no pase lo que pasó en el pasado, porque fallaron los mecanismo de control y la Justicia. Y tampoco estuvo la decisión política de que los funcionarios no roben y hagan bien su trabajo.
¿Y hoy está?
El Presidente lo dijo públicamente muchas veces, que en su gobierno no hay lugar para corruptos, solo hay lugar para gente decente. Es la primera vez que en la Argentina un presidente le pide a sus funcionarios que diseñen e implementen una política de integridad para un Gobierno, haciendo la salvedad de los avances que tuvo en la materia el gobierno de Raúl Alfonsín.
¿Por qué habla de “integridad y no de “ética”?
La integridad es un buen gobierno, que se pueda mostrar y explicar. Que los ciudadanos tengan derecho a preguntarte todo lo que quieran y que vos les digas ‘además de transparente y de decente, soy eficiente’.
¿Qué opina de las denuncias sobre conflictos de intereses de la familia Macri en torno a parques eólicos?
Hay que mirarlo como si pudiera existir un conflicto de interés. Solamente lo puede saber la oficina encargada de aplicar el decreto, la Oficina Anticorrupción (OA), y dicho sea de paso, el que hizo operativo el tema y permitió aplicarlo fue el Presidente a través de un decreto, porque antes no existía. Estoy seguro de que en la OA ya hay un expediente para averiguar si hay un conflicto de intereses. La OA está llena de expedientes del gobierno actual. En cambio no debo haber encontrado un solo expediente durante el gobierno de los Kirchner, o de (Eduardo) Dualde contra funcionarios de su Gobierno. A la Sigen la tenían en el tercer subsuelo y a la OA la tenían vaciada. No querían ni que hubiera gente, por las dudas para que no se mueva un expediente.
¿Va a haber modificaciones al sistema judicial?
Se necesita un nuevo Ministerio Público que dé fuerza a los fiscales para que puedan seguir la corrupción y el crimen en general. Hay que revisar el trabajo de los jueces porque es muy malo. Vamos a trabajar para que haya una nueva ley, como hubo una nueva ley del arrepentido que había si muy criticada y ahora se están arrepintiendo todos. O como fue la ley de acceso a la información pública y la ley responsabilidad penal empresaria. Se avanzó mucho pero la cultura argentina de las instituciones en particular todavía tiene mucho por recorrer. Hay que transparentar el Estado y la política.
¿Puede pasar por ahí el 2018?
Eso lo dirá el Presidente en el Congreso el 1 de marzo, pero mi parecer es que si el año pasado estuvo signado por muchas reformas de carácter tributario, federal o previsional, este año las reformas institucionales van a tener un peso importante.
¿Después de varios años como diputado, cómo vio el regreso de Cristina Kirchner?
El cristinismo siempre fue intransigente y lo sigue siendo, pero no desde la intransigencia de los valores, sino todo lo contrario. Es la intransigencia de un discurso que le sirve para sostenerse con determinado electorado y para seguir sosteniendo que no cometió ningún delito en la administración y que no dejó ningún pobre. Tiene la mitad del Gabinete procesado o detenido pero no cometieron ningún delito y además fueron el mejor gobierno de los últimos 100 años y dejaron 30 por ciento de pobreza, una inflación galopante, un déficit fiscal catastrófico y un atraso infraestructural, productivo y social monstruoso. ¡Como no va a ser intransigente, si tiene que mentir todos los días! Sería mejor vivir en la verdad, pero para eso no se puede contar con el cristinismo.
¿Qué enseñanza se llevó de sus años en el Congreso?
Me enseñó a no creer en los rótulos sino en los buenos contenidos. Adentro de cada ley puede haber un monstruo o una cosa virtuosa. Yo creo que las leyes tiene que ser virtuosas para que sirvan. Y organismos deben funcionar. Hoy la Afip y la UIF trabajan en serio, detectan cosas, hacen el trabajo que la ley las manda a hacer. Antes (los ex titulares durante el kirchnerismo) Ricardo Echegaray y José Sbatella eran el dúo perfecto para el encubrimiento del delito. Lo mismo pasa en la Sigen y la OA. Junto a la Procuración del Tesoro y la Agencia Nacional de Acceso a la Información conformamos la Mesa de Integridad de la Jefatura de Gabinete, que coordina políticas y revisa mecanismos para el seguimiento de todo el Gobierno. Proponemos reformas normativas, para que se pueda detectar a tiempo el desvío de recursos y casos de corrupción, casi inmediatamente y que se lo pueda corregir.
¿Cómo es ser el único representante de Elisa Carrió en la Casa Rosada?
Me recibieron muy bien. Ahí se vuelve cierto lo de trabajo en equipo. Yo vengo a poner lo que aprendí toda mi vida de Lilita y de muchos de mis compañeros del PRO y la UCR, que es hacer política cambiando la cultura política general del país.
¿Cómo es este momento entre Carrió y Macri?
Muy bueno. Es la mejor relación que pueden tener. Esos contrapesos son lo más saludable del mundo. No hay que cometer dos errores: La justificación sin argumentos (de la gestión) porque un Gobierno tiene que estar acostumbrado a la crítica honesta y sensata y la segunda cosa es atenerse a lo políticamente correcto, porque además de inútil, es aburrido.
Fuente: Agencia de Noticias Télam
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