El gobierno de Mauricio Macri quiere cerrar el año con el total de las reformas propuestas convertidas en ley en el tenso diciembre que recalienta el clima político y social. Se viene el tarifazo eléctrico en un verano sofocante.Aunque sea una coincidencia, que ocurra otra vez un diciembre, la violencia volvió a ganar las calles en la ciudad de Buenos Aires, contra una reforma previsional rechazada e impuesta mediante un acuerdo político de la mayoría de los gobernadores con el presidente Mauricio Macri para dar gobernabilidad a la Argentina.
Estos episodios recordaban, sin dudas, a aquel violento final del mandato de Fernando De la Rua. Con sus matices y diferencias que golpeaban fuerte la institucionalidad del país. Y todos saben lo que vino después: cinco presidentes, que se vayan todos, etc.
Los sectores violentos están identificados, forman parte mayoritariamente de la izquierda extrema, con escasa representación parlamentaria y caudal de votos en cada elección. Será por eso que buscaron imponer sus ideales mediante la agresión a otros, el uso de armas caseras, sin medir las consecuencias que provocaron sobre otras personas.
Pero, indudablemente, también el gobierno de Cambiemos fue el responsable de velar por la paz social, por la actuación responsable de las fuerzas de seguridad y, como en este caso, de buscar los consensos básicos políticos ante reformas tan profundas sabiendo que provocan el rechazo social, incluso de sectores del mismo grupo gobernante.
Al igual que en 2001, en Misiones se percibió una calma que contrastó con la violencia nacional. Los misioneros observaron azorados los escenarios de disturbios en la plaza ensangrentada frente al Congreso, mientras en la movilización de opositores a la alianza PRO-UCR acá en la tierra colorada, la policía ofreció agua y caramelos a los manifestantes que marcharon contra el ajuste previsional.
Luego de un segundo intento en que el Ejecutivo logró la sanción del cambio legislativo previsional, se vinieron las reformas tributarias y fiscal (con apoyo de mandatarios más bien alineados al PJ no kirchnerista) y el presupuesto 2018.
Misiones adhirió a la reforma fiscal creyendo en las intenciones del Gobierno nacional cuando dijo que ayudará a generar empleo, a reducir la inflación y a que las industrias paguen lo que corresponde por la materia prima como la yerba, el tabaco y el té. No pasó desapercibida la actitud contributiva de la autoridad partidaria de la renovación en un momento clave y difícil para el país, gesto que seguramente será una bisagra a favor de los misioneros en la relación que se viene con Cambiemos, durante los próximos dos años.
Queda claro ahora que la pelota la tiene el sector privado que será el gran beneficiario de la reforma y del esfuerzo que realizó la provincia de Misiones.
Una nueva ley se hace ley cuando el escenario es el apropiado y no se modifica ese escenario imponiéndola.
En Misiones hubo un escenario previo de paz social, armonía y equilibrio. Casi como conclusión, se interpretó que la gente apoya a la renovación pero no oculta su descontento con el ajuste, está más atenta al real cumplimiento de las promesas del Gobierno nacional.
Lo mismo sucedió en la capital del país, y un claro ejemplo de ello, fue el importante cacerolazo replicado en las redes sociales por los usuarios que destacaron la magnitud y la cantidad de participantes disconformes con las reformas.
Empiezan a aparecer, incluso en los medios nacionales más alineados al macrismo, voces de disconformidad que se sienten decepcionados por las políticas económicas de Cambiemos, donde la deuda pública, la inflación, la falta de inversiones, el gasto público, entre otros, no presentan un panorma de mucho optimismo.
Gobernabilidad
Tanto el bloque misionerista que se expresó en la voz del diputado nacional Jorge Franco como presidente de ese espacio legislativo, como un sector del PJ y algunos espacios provinciales ligados al peronismo votaron a favor de las propuestas del Ejecutivo. Incluido el presupuesto 2018, donde Misiones consiguió un 25% más de fondos en comparación con el año que se termina.
Sigue vigente un pacto de gobernabilidad, aun sabiendo que se cometen errores que se hicieron notar en las diferentes sesiones extraordinarias del Congreso, lo que se buscó fue no oponerse a medidas que el Ejecutivo consideró herramientas de su gestión.
Hasta en la CGT nacional se vio un cambio de posturas frente al rechazo que provocó la nueva ley previsional: la gran mayoría de los sindicatos que responde a la conducción cegetista decidió no marchar y, aunque adhirieron al paro con excepción del transporte, no se sumaron a los sectores violentos.
Un rechazo inocultable
Un gesto provocador tuvo el representante del Grupo Z en la audiencia pública donde se debatió el pedido de boletazo para inicios de 2018, con una tarifa técnica que supera los $27. Dijo que la calidad del servicio es de excelencia, desatando la bronca de los presentes.
El ejecutivo del monopolio evidentemente no leyó ningún medio ni escuchó radios ni miró TV antes de ir al Centro de Convenciones. Sino, habría visto que la principal queja entre los usuarios del transporte público de pasajeros del área metropolitana, es el pésimo servicio Z. De los 300 que se inscribieron, muchos aparecieron con carteles con consignas claras: No al boletazo; No al aumento del boleto, entre otros.
Algo rescatable: esta vez el representante del Grupo Z se quedó a la audiencia a escuchar las voces disidentes. Tal vez así se haya arrepentido de su afirmación sobre el servicio para justificar otro golpe a los bolsillos de los pasajeros.
Ahora, el municipio posadeño tendrá algo más de un mes para decidir qué pasará con la suba de precios solicitada. Aunque, desde fuentes comunales como el propio Defensor del Pueblo, ya se anticiparon a afirmar que el costo podría quedar en los $15, justificando que en otras jurisdicciones es lo que se cobra.
Sin embargo, Julio Koropeski (presidente de Crucero del Norte que tiene la concesión del transporte urbano en Formosa) reveló a los medios de comunicación en un reciente evento empresarial, que en noviembre hubo en Formosa un aumento del boleto que llevó el mínimo a $8,50. Y agregó: Hoy la tarifa técnica real, y eso marca una tendencia en todas las ciudades del país si se quiere, es de 12 o 13 pesos no más que eso. Esos son los datos técnicos que manejamos nosotros. Una tarifa sin subsidios no debería superar los 13 pesos.
Los postergados
Que el NEA se quedó sin posibilidades de reactivación del tren de pasajeros, no es novedad. El tan mentado Plan Belgrano no tiene fondos para ello. Y que Misiones se quedó sin ser parte del Gasoducto del NEA tampoco, con lo cual se seguirán pagando mucho más por el gas envasado.
Que el calor en el inicio del verano es más intenso, tampoco es noticia porque el agobio se siente aun por las noches.
El tarifazo eléctrico del 35% que se pagará con la factura de diciembre en enero, es una mala noticia para los misioneros, puesto que para muchos no habrá posibilidades de apaciguar las altas temperaturas con el ventilador o el aire acondicionado muchas horas, sino la boleta que viene será impagable.
Ni hablar de los comercios e industrias donde no habrá subsidios para achicar el impacto. La Nación volvió a darle la espalda al Norte postergado, a Misiones en particular esta vez con la suba del precio de la energía eléctrica. Siguen sin entender en los escritorios porteños la problemática estacional que se vive en esta parte del país, donde un aire o un ventilador no son un lujo sino una necesidad. Se vienen meses donde habrá que intentar ahorrar para afrontar la llegada de las abultadas boletas.
Hay un dato que no se puede obviar: en febrero (que se pagará en marzo), se viene otro aumento donde se volverá a sumar el incremento nacional con uno de EMSA, a la que no le siguen cerrando los números deficitarios, herencia del saliente Pity Ferreyra.
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