La mayoría de las mascotas se atemorizan y no saben a dónde ir cuando comienzan los fuegos artificiales, cohetes y petardos. ¿Qué hacer? Tampoco conviene compartir con ellos comida humana.
Es muy importante evitar el uso de pirotecnia en las casas, pues los ruidos asustan mucho a los animales y los estresa. Por otro lado, es aconsejable mantener a la mascota en un lugar tranquilo, donde se sienta cómodo.
Siempre se sentirá más protegido si está con sus dueños. Si las fiestas se pasan fuera de casa, se debe buscar un lugar en donde la mascota esté segura, dado que por el temor y los ruidos pueden desorientarse e incluso escaparse.
Dejar las ventanas cerradas es lo ideal, siempre que el lugar tenga suficiente ventilación y sea fresco.
Una buena opción es dejarle la radio o la televisión prendida, ya que escuchar un ruido conocido atenuará el miedo y los sonidos del exterior.
Si hay ventilador y la temperatura es alta, conviene prenderlo. En el caso que sea un ventilador de pie, colocarlo en un lugar en donde la mascota no pueda tener acceso a él, evitando de esta manera potenciales accidentes.
Otro aspecto fundamental es ser muy cuidadosos con la comida que se le da esos días: el amor por las mascotas muchas veces hace que se caiga en la tentación de compartirles lo que consumen sus dueños. Fisiológicamente los seres humanos somos diferentes y los animales no están preparados para poder digerir algunos alimentos que pueden causarle diferentes alteraciones.
Tips para cuidarlos
-Si el animal queda solo en casa, no dejar cosas que pueda romper o que puedan lastimarlo.
-Siempre dejarle agua limpia y fresca y su plato de alimento balanceado: es la mejor alternativa para alimentarlo ya que le aporta todos los nutrientes que necesita.
-Luego de las fiestas, hay que controlar que no hayan quedado partes de fuegos artificiales u otra cosa que la mascota pueda tragarse, ocasionándole un daño a su salud.
-Visitar al veterinario de confianza para disipar todas las dudas referidas a calmantes y otros medicamentos que ayuden a tranquilizarlos.
Por Marina Fernández Ybarra (médica veterinaria)
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