Los alumnos internos recibieron sus certificados por los talleres que realizaron durante el año. También homenajearon a la mejor compañera.La escuelita del Geriátrico celebró su acto de cierre del ciclo lectivo 2017 y mostró, una vez más, todo el potencial de los adultos mayores. Asistieron al acto la directora de Gerontología de Salud Pública, Mirta Soria; el director del Hospital de Geriatría, Eduardo Segura; y la director de la Escuela de Adultos 65, Marcela Jurkiewicz, anfitriona de la jornada.
Para la directora, 2017 fue un año positivo pudimos articular acciones con la Biblioteca de las Misiones del Centro del Conocimiento y la dirección de Gerontología de Salud Pública, esta articulación permitió que un grupo de adultos mayores pudiera realizar actividades en talleres de la mencionada Biblioteca como por ejemplo los talleres de lectura o origami; también participar en la radio del ITEC 3 durante todo el año.
La docente recordó también al Centro de Educación Física Especial (CEFE) 1 con quien firmamos un convenio para articular actividades de educación física, de modo de mantener activos a nuestros queridos adultos mayores.
También hizo referencia a la tradicional colaboración que la escuela realiza con el hospital Pediátrico, consistente en la confección de escarpines, frazaditas y almohadas por parte de los adultos mayores.
Por su parte, el director del Geriátrico destacó las actividades que los adultos mayores realizan en un contexto escolar no formal, en el país no existe otra experiencia de este tipo, acciones como estas ponen a la provincia en avanzada respecto a las demás porque educación y salud van de la mano y que ambas, articuladamente, logran mejora la calidad de vida de los internos.
Certificados y mejor compañera
La entrega de los certificados fue muy emotiva. No faltaron las lágrimas entre los adultos mayores al recibir sus certificados de culminación de los talleres.
Luego de la entrega de certificados de los seis talleres que se realizan en la Escuela 65, se distinguió como mejor compañera a una paciente ambulatoria que desde hace tres años comparte sin faltar las actividades escolares.
Su nombre es Juana Gómez, tiene una capacidad de empatía muy admirable y ganas de compartir y servir a los demás. Juani siempre está dispuesta y colabora incondicionalmente con la escuela, reflexionó la docente.
La jornada culminó con un pesebre viviente y la llegada de Papá Noel.
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