Cuatro amigos que se movilizaron y organizaron una campaña solidaria a favor de un merendero para niños, no solo lograron cumplir su objetivo sino también superarlo ampliamente.
Gracias a la amplia respuesta de solidaridad, la campaña Un freezer para el merendero fue un éxito y el comedor Los Oleritos, hoy, ya no solo tiene un freezer sino también una heladera y un horno eléctrico para cocinar a los niños que diariamente lo asisten.
La movida solidaria, organizada por cuatro amigos (Susana, Evelin, Federico y Jorgelina) el siete de diciembre, consistió en comunicar la precaria realidad del merendero Los Oleritos (ubicado en el asentamiento Los Oleros), e invitar a todas las personas que quisieran colaborar con 100 pesos para la compra de un freezer y un estabilizador de energía, de ahí el nombre de la campaña Un freezer para el merendero.
El resultado fue una fuerte repercusión social. La recaudación fue exitosa, alrededor de 19 mil pesos, por parte de personas de toda la provincia que, mediante transferencias bancarias o la entrega de billetes en mano, fueron colaborando para que el merendero -comandado por María y José, cocineros y guardianes de 70 niños en situación de pobreza extrema- tenga un freezer para conservar la comida recibida de distintas organizaciones y donaciones de particulares.
Sin embargo es importante destacar que las expectativas de los organizadores de la campaña de comunicación fue ampliamente superada. El objetivo era lograr comprar un freezer grande, pero lo cierto es que conseguimos comprar un horno eléctrico, insumos para la cocina y una heladera que nos donó una familia. También se gestionaron maderas para fabricar bancos y estantes para el mobiliario de la cocina, dijo Susana a PRIMERA EDICIÓN.
La entrega
En el día de hoy, como estaba planificado desde un principio, se hizo la entrega de los insumos. La reacción de felicidad por parte de los abuelos encargados de llevar adelante el merendero fue inmediata y genuina.
En el caso de los cuatro amigos, la sensación fue la fuerte satisfacción de haber cumplido el objetivo. Quizás esto es mínimo para las necesidades del mundo, pero es supremo para este comedor, afirmaron.
Todo comenzó por una nota que salió en el diario. En dos meses cambió todo, dijo María refiriéndose a la nota que salió publicada en este Diario contando su historia: la de una valiente mujer.
Dar las gracias
Evelin, Susana, Jorgelina y Federico -más conocidos por Eve, Susi, Ina y Fede- aseguraron que son muchísimas las personas que se movilizaron con está causa, por eso son muchos los gracias que debemos dar… todos fueron importantes para esta acción. Todos fueron fundamentales e igual de voluntarios que nosotros. Es esperanzador y balsámico dar con esta realidad, a veces tan opacada por la miseria y tristeza social que hay. Sin embargo, después de desarrollar esta actividad, nos dimos cuenta que lo único que está faltando entre los seres humanos es la fidelidad a los objetivos comunales que provocan la unión de las buenas voluntades. Porque, literalmente, creemos que con el aporte de un mínimo de acción, más el respeto y cuidado estricto de ese aporte, por parte de cada ciudadano, se pueden crear herramientas fundamentales para convertir al mundo en un hogar amigable para todos. En donde ni el hambre, ni el odio y menos que menos la mezquindad, tengan lugar, aseguraron los amigos alegres, satisfechos y por sobre todas las cosas esperanzados.
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