La reparación histórica para los jubilados y pensionados de la ANSES se volvió a convertir en una promesa de pocos meses y para un sector acotado de la tercera edad que pudo evitarse los largos juicios al Estado para conseguir una actualización de los haberes previsionales.
Sin embargo, fueron miles y miles los que esperaron en estos dos años de gestión de Mauricio Macri alcanzar un haber digno para sobrevivir.
Ahora llega, como premio a la espera, el nuevo esquema de cálculo de los reajustes que los dejará con menos recursos que los que pensaban para ganarle a la inflación.
La reforma previsional como la laboral provocará distancias irreversibles con la sociedad y el gobierno nacional, parte de las cuales ya se pueden sentir en las protestas y expresiones de quienes rechazan de plano el acuerdo con los mandatarios provinciales.
Mediante sus principales dirigentes, incluida la ahora convencida Elisa Carrió, Cambiemos trata de poner paños fríos asegurando que se pagará algo más en el primer año, que finalmente se alcanzará el 82% móvil, entre otras cuestiones. Lo que le importa al jubilado es no tener que resignar algo más de todo lo que ya no puede adquirir para su sostén básico, ni siquiera puede hablar de llegar a fin de mes, con el haber mínimo que paga la ANSES.
Pero no fue la única promesa incumplida. Con la llegada del pago del aguinaldo, el Gobierno decidió no perdonar el suplemento salarial del pago de Ganancias, con lo cual muchos que habitualmente quedaban exentos de tributar el impuesto, con la sumatoria de sueldo y medio aguinaldo, quedaron alcanzados por el tributo.
Para que ambos sectores no se sientan solos en la falta de cumplimiento, vale recordar este dato: según un informe del sitio Chequeado.com, Macri sólo cumplió dos (extender la AUH e incluir a los hijos de monotributistas e impulsar la ley del arrepentido) de 20 promesas que hizo en 2015.
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