El niño, de trece años, se encuentra en terapia intermedia del Pediátrico luego de ser intervenido el lunes. El proyectil ingresó por el abdomen y quedó alojado en la pelvis.El lunes por la tarde ingresó al Hospital Pediátrico de Posadas un niño de trece años con una herida de bala en el abdomen: según su padre, la recibió mientras cazaba pajaritos el último domingo temprano por la mañana.
Fue diagnosticado con una peritonitis generalizada que amenazaba su vida, pero tras una intervención quirúrgica casi milagrosa ya se encuentra estable en terapia intermedia del hospital.
Según relató su padre, todo comenzó el domingo pasado cerca de las 7.30 de la mañana en El Soberbio: el niño cazaba pajaritos cuando recibió un impacto de bala en el abdomen.
No tenemos más información que esa, indicó el médico cirujano César Benmaor, encargado de la intervención. Tras el hecho fue derivado al hospital de El Soberbio y de allí al Samic de Oberá desde donde lo derivaron al Pediátrico de Posadas el lunes por la tarde.
Lo recibimos en la guardia apenas nos avisaron que venía para Posadas. Lo llevamos a quirófano porque ya tenía diagnóstico quirúrgico por una tomografía que se le había hecho en Oberá y que me la habían enviado por teléfono, relató Benmaor a PRIMERA EDICIÓN.
Una vez en el quirófano los médicos se dieron cuenta de la gravedad de la situación: el niño tenía dos perforaciones intestinales y una perforación vesical, es decir, en la vejiga. Tenía algo que se llama peritonitis generalizada, todo el abdomen tenía contenido intestinal. Corría riesgo su vida, indicó el doctor.
Entonces el equipo, conformado por Benmaor y las doctoras Valeria Frasca y Daiana Seró, procedió a realizar una ileostomía, una abertura en la pared abdominal que se hace durante la cirugía y se utiliza para llevar los desechos fuera del cuerpo cuando el colon o el recto no están trabajando apropiadamente.
Se abocó el intestino a la pared abdominal porque no se puede cerrar el lugar donde la bala lesionó el intestino. Al haber una infección uno no puede hacer eso porque se abre. Entonces el tratamiento de una perforación de este tipo es hacer una derivación intestinal, así se llama, que es abocar el intestino a la pared abdominal, explicó el profesional.
Luego de la intervención el niño fue derivado a terapia intermedia donde está estable, en buen estado general y se podría decir que está fuera de peligro. Todavía continúa con riesgo de infección y ese tipo de complicaciones pero producto de que lo que tuvo fue grave. Pero el chico está bien, indicó Benmaor.
Entre la derivación de El Soberbio a Oberá y después a Posadas donde fue intervenido, el niño pasó con la herida en el abdomen más de 24 horas. Benmaor lo consideró gravísimo porque hay que operar en el momento debido a que a medida que va pasando el tiempo el cuadro se va complicando más. Este niño llegó en el momento justo.
Cómo sigue
No fue el último paso del niño por el quirófano. Luego de esta intervención que salvó su vida deberá volver dentro de tres meses porque necesita una nueva cirugía en la que se realizará la reconstrucción del tránsito intestinal. Es cerrar el intestino que está ahora abierto a la pared abdominal, explicó Benmaor.
El proyectil que ingresó por su abdomen quedó alojado en su pelvis y el profesional explicó que está en una ubicación en la que si uno la quiere sacar lo más probable es que haga más daño que estando ahí. En caso de que más adelante aparezca algún síntoma clínico que refiera alguna complicación en el lugar donde se encuentra la bala se procederá a una intervención para sacarla, pero mientras tanto se queda donde está.
No es algo tan frecuente tener en Pediatría heridos de arma de fuego o arma blanca, indicó Benmaor y, para cerrar, agregó que no tenemos la misma incidencia que en el Madariaga pero sí tenemos, de vez en cuando, pacientes de todos lados, tanto del interior como de Posadas, con ese tipo de heridas.
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