Estaba registrado como importador y supermercadista. Fue aprehendido por tráfico de divisas en la Triple Frontera, con base en Puerto Iguazú.En poco menos de cuatro meses de investigación, de comerciante importador chino y titular de una SRL se convirtió en el jefe y cerebro de todas las operaciones de una red tráfico de divisas con base determinante en Puerto Iguazú.
Tiene 41 años y fue detenido al igual que cuatro misioneros hace poco más de diez días. La Justicia Federal de la provincia de Buenos Aires lo seguía por presunto tráfico de marihuana pero en los procedimientos ordenados por el juez de Campana, Adrián González Charvay ejecutados por efectivos de la Delegación Zárate de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de la Policía Bonaerense, con colaboración de la Policía Federal Argentina, develaron que se trataría del cabecilla de una red de contrabando multimillonario de pesos y dólares.
Un ciudadano chino adaptado a lujos y placeres argentinos, alejado de los parámetros de modales y trato de muchos de sus compatriotas supermercadistas. Nada austero, además de ser descubierto con mucho dinero sin declarar, tampoco pudo justificar su estilo de vida, que incluye una mansión en el barrio porteño de Villa Urquiza, con dos automóviles BMW a su disposición, armas, joyas y visitas continuas a gimnasios para modelar su cuerpo y mejorar su español.
Su imperio se desmoronó desde agosto pasado, cuando una causa por narcotráfico arribó al escritorio del juez Charvay y comenzaron a seguirle los pasos. Hasta el llamado anónimo delator al 911 el 24 de noviembre. La pista indicaba que un Chevrolet Prisma supuestamente cargado de marihuana había salido desde Puerto Iguazú.
El Prisma fue interceptado en la rotonda de la ruta nacional 14 en el ingreso a la ciudad de Zárate. Pero no tenía marihuana, sino medio millón de pesos distribuidos entre la guantera y el tablero.
Quién era el dueño del dinero se volvió la principal incógnita. Así, se montó una vigilancia que llegó hasta Villa Urquiza, a un domicilio sobre la calle General Martínez. Allí, otro Chevrolet Prisma fue secuestrado. La PFA y la Bonaerense irrumpieron por orden de Charvay y hallaron 900 mil pesos ocultos debajo el torpedo y cien mil más dentro de la casa del empresario, quien además guardaba un arsenal de diez armas cortas, pistolas Glock nueve milímetros, Smith & Wesson calibre 45, otra similar Remington y dos escopetas, entre ellas una Beretta doble caño calibre 12, junto a recargadoras de cartuchos y pólvora suelta.
Los dos BMW, una camioneta X5 y un automóvil M5 valuados 300 mil dólares fueron incautados pero también dos máquinas contadoras de billetes. Tras allanar la casona de Villa Urquiza, la pesquisa continuó con los negocios ligados, un supermercado propio y otros dos comercios de la familia del sospechoso, donde se secuestraron documentos.
El empresario chino no resultó ser ningún traficante de marihuana, al menos no en la imputación de Charvay. Lo acusó formalmente de contrabando de divisas, con una mecánica muy sencilla.
De acuerdo a la investigación judicial, el supermercadista se dedicó a una suerte de bicicleta entre el mercado negro cambiario argentino y el mercado negro de las cuevas de dólares de Ciudad del Este, Paraguay, plena Triple Frontera.
Un ida y vuelta muy lucrativo, que dependía de la cotización del dólar en territorio guaraní. El dólar es más caro en Paraguay que en Argentina. Allí se hace una diferencia, para volver a comprar dólar blue en Buenos Aires, apuntó una fuente del expediente.
El negocio es antiguo, pero este detenido lo habría llevado a un nivel nunca sospechado. El juez Charvay sospecha que movió 50 mil dólares por viaje, con una rentabilidad de 500 mil pesos mensuales. Los cuatro misioneros y supuestos cómplices están imputados de ser sus paseros de dinero.
De acuerdo a la investigación en el circuito guaraní el valor del dólar de compra es de 18,50, moneda argentina, con un precio para vendedor que llega a 19. Por ello, la diferencia con un dólar ilegal porteño en el mismo parámetro de 17,55 se vuelve evidente que al menos tres pesos de ganancia por cada mil le generaba cada transacción.
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