Si bien el pelotón más numeroso emprendió el viaje el miércoles a la madrugada, desde el domingo distintos grupos de ciclistas “coparon” la ruta nacional 12 para poder llegar este jueves a la Basílica correntina.Como cada diciembre, con mucho sacrificio buscan renovar su fe en la Madre de Dios, los peregrinos misioneros partieron en bicicleta hacia la Basílica de Nuestra Señora de Itatí, en Corrientes, llevando agradecimientos y pedidos, propios y ajenos.
Durante la madrugada de este miércoles salió con el pelotón central de cicilistas que ya lleva la imagen de María de Itatí por 37 años consecutivos.
Si bien el objetivo común es uno solo, el de renovar la fe en la Madre de Dios, cada peregrino atesora en su interior el verdadero motivo de tamaña hazaña. Algunos prefieren contarlo, dar testimonio, y otros mantener en reserva el fin del cometido.
Despuntaba el alba cuando Omar Valiente apareció en escena junto a buena parte de su familia, en la que son ocho en total. Provienen del barrio A-4 de Posadas y el apoyo logístico lo hacen como siempre desde un Renault 12 modelo 1991. Valiente ya completó el periplo en 21 oportunidades. Lo movilizó la salud de su hija, Camila Soledad, que ya tiene 21 años y lo hizo abuelo, que había nacido sietemesina, con apenas 1,600 kilogramos. La preocupación hizo que efectuara la promesa de pedalear hasta Itatí. Camila Soledad se recuperó satisfactoriamente y es mamá de Mateo, que tiene poco más de un mes, y que fue el motivo por el que estuvo ausente.
No lo para nadie
Raúl Antonio López (69) es de Garupá. En distintas circunstancias de la vida demostró que no había que bajar los brazos y menos aún cuando de pedalear se trata. Como devoto de la Virgen, por primera vez formó parte de la peregrinación en 1999 y ya fue 17 veces.
Se ausentó durante dos años tras un episodio de violencia que padeció en la calle cuando fue atacado a balazos por motochorros. Prometí que si me salvaba seguía viniendo. Puso en mi camino a los doctores Silvestri y Martiarena, que me salvaron la pierna pero que tiene 17 clavos. Estuve en recuperación durante largos ocho meses y como promesero reanudé las visitas a la Basílica, en cuyo camino acumuló una cantidad de anécdotas impresionantes.
Contó que la primera vez que pedaleó fue en 1999 y creo que ese año vino la mayor cantidad de ciclistas. Como no conocía nada, en Ita Ibaté, por ejemplo, estaba dando vueltas para encontrar un lugar donde pudiera dormir o darme una ducha. Esa noche el cansancio me invadió y me quedé sentado frente al hospital del pueblo. Apareció alguien en la puerta y le dije: ¿será que puedo entrar a bañarme porque estoy muy cansado? Me dijo que sí, y si no tiene donde dormir quédese en esa sala. Esas son solo algunas de las bendiciones recibidas de Dios y de la Virgen.
Aseguró que se salvó de milagro. Había médicos que querían cortarme la pierna porque la lesión era muy grave. Y hoy sigo pedaleando, y como si fuera poco, siento que del lado que tengo la lesión se multiplicó la fuerza.
Carla Genes vive en la Chacra 32-33 de Posadas y ésta es la séptima peregrinación en la que participa. Siempre en agradecimiento a la Virgen por todo lo que me bendice a mí y a mi familia pero tengo pedidos de algunos familiares más lejanos. Son muchos los peregrinos que atraviesan situaciones complejas y nuestra compañía junto a la esperanza que los acompaña hace que puedan lograr que sus ruegos encuentren eco. La joen dijo que si bien llevo mis intenciones, soy de las que prefiere no contarlas. Como en las prácticas, pedaleó a la par de Camila Alfonso, que es la tercera vez que participa. Me gusta esta iniciativa para agradecer y para pedir. Es una experiencia muy buena, que se desarrolla en camaradería. El grupo humano es sobresaliente.
Rubén, del barrio San Isidro y Carlos Juan, del barrio Yacyretá, viajan hacia Itatí desde hace quince años, siempre con alguna imagen de la Virgen que vamos renovan do. Es un tramo que hacemos siempre con alegría, pidiendo por la familia, agradeciendo porque ella siempre nos acompaña y cada vez que necesitamos escucha nuestro ruego.
Poner garras
Flavia Torres es comerciante. Oriunda de Santa Inés, donde sus padres aún residen, se fue a vivir a Buenos Aires hace más de 17 años. Es la segunda vez que acude a Itatí y ante la imagen de la Virgen escribe un nuevo capítulo de su historia. Era bastante chica cuando lo hizo por primera vez. Pero en esta ocasión asegura que pedirá por algo muy especial: su curación física y la de su madre. Tengo cáncer de mama al igual que mi mamá, entonces voy a pedir por nosotras y para agradecer porque estamos bien, estamos vivas y tenemos fuerzas, confió.
Lista para subirse a su bici, admitió que si bien no es fácil convivir con la enfermedad, con fe y poniendo ganas, se puede. Hace dos años que estoy bajo tratamiento de rayos X y quimioterapia y no bajé los brazos. Tengo un esposo que me acompaña y dos hijos maravillosos que me dan fuerzas para seguir, agregó la mujer, que hace poco tiempo perdió a sus hermanos Adrián y Mauricio Torres durante un un accidente de tránsito.
Larga fila de promeseros
Se estima que alrededor de cinco mil almas formaron parte del pelotón principal que partió a tierras correntinas ayer en la madrugada, y se cree que serán unas 40 mil personas las que llegarán a destino, entre ciclistas, familiares y grupos de apoyo.
La peregrinación buscará llegar hoy poco antes del mediodía y tras la celebración de la santa misa del peregrino, muchos optarán por regresar a sus hogares y otros permanecer hasta la serenata y la misa del viernes en conmemoración del Día de la Inmaculada Concepción de María. Estos últimos compartirán alojamientos, campamentos, espacios verdes, preferentemente en inmediaciones del río.
Muchos de los que eligieron plegarse al grupo fueron con lo justo pero gracias al accionar de los grupos organizados pueden recibir agua, alimentos, frutas, en forma gratuita, porque en un viaje como éste el compartir está al orden del día.
A lo largo del recorrido es costumbre que se vayan sumando ciclistas de distintas localidades correntinas y llegarán a Itatí hoy alrededor del mediodía.
Como todos los años, la caravana cuenta con un dispositivo de seguridad a lo largo de su recorrido a cargo de la Policía de Corrientes y de Gendarmería Nacional. En el tramo misionero estuvo a cargo de la Policía de la provincia.
En la tarde noche del martes se generaron inconvenientes a la altura del peaje de Santa Ana con un grupo proveniente del interior de Misiones a quienes personal de Gendarmería exigía chalecos refractarios a fin de evitar ocasionar inconvenientes con los automovilistas. Luego de un cruce de palabras la situación fue subsanada y los peregrinos pudieron seguir viaje sobre sus rodados.
Fotos: M.Fedorischak
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