La operación internacional más grande en la historia de los rescates submarinos, que busca al ARA San Juan de la Armada Argentina desaparecido el 15 de noviembre con una tripulación de 44 personas, vivió este jueves una jornada desesperanzadora. Al conocerse que una estación de control de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBTO) registró un señal hidroacústica equiparable a “un evento violento consistente con una explosión”, en el mismo lugar en que el submarino emitió su última señal, le dio un giro dramático a la búsqueda. Los hechos le fueron comunicados ayer al Gobierno nacional por el embajador en Austria, Rafael Rossi, de un investigador nuclear con amplia trayectoria en operaciones internacionales de la CTBTO, de la cual fue director adjunto y enviado en misiones a Irán y Corea del Norte. Lamentablemente, el conocimiento de la presunta explosión no permitió avanzar en el aspecto crucial del caso, el salvataje de la tripulación, ya que aunque la búsqueda continúa, la información de que el submarino se ubicaría por debajo de los 3.000 metros deja escasas posibilidades de encontrar con vida a los submarinistas. Enfrentados a lo que parece ser una tragedia irreparable, los voceros de los familiares que supieron que el submarino se habría hundido por una explosión a las 11 de la mañana del miércoles 15, no ocultaron su desazón y descontento por la forma en que se efectuó la comunicación. La sospecha de que las autoridades de la Armada Argentina y/o el Gobierno nacional lo sabrían pero callaron, quedó latente a partir de la explicación dada a conocer en forma retrospectiva. Hasta la CTBTO intentó despejar dudas al advertir, en un comunicado, que el lapso de una semana entre la recepción de la información y el informe al Gobierno argentino se debió a dificultades propias de la captación de la señal. Ciertamente, hay responsabilidades que se deberán aclarar, pero la solidaridad con los submarinistas y sus familiares, a quienes es de esperar que -de ahora en más- se les brinde la consideración que merecen, debe ser hoy la prioridad para todos los argentinos.
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