De todos los órganos del cuerpo, la piel es, quizás, la que más delata a una persona estresada porque luce más cansada y menos luminosa. El efecto del stress es similar en hombres y mujeres, pero somos nosotras las que más consultamos, fundamentalmente cuando las lesiones son visibles y afectan nuestra autoestima.La piel es la primera “víctima” de los graves efectos del stress. Las manifestaciones más notorias, son:- Caída del pelo.- Picazón.- Acné.- Herpes.- Psoriasis.- Opacidad.Manifestación en el color: observamos colores grisáceos, amarronados y hasta ligeramente amarillos. Pierden el color rosado y saludable que tenían antes de la crisis.La falta de sueño, la mala alimentación el exceso de cigarrillos, alcohol, malos hábitos alimentarios, presiones familiares y laborales hacen caer al individuo en períodos de mayor tensión emocional, lo que ayuda a desencadenar o exacerbar las manifestaciones antes mencionadas.Ya no es un tema aislado. Los especialistas reconocen que en los últimos años ha habido un número muy importante de consultas a cerca de las patologías cutáneas asociadas a las exigencias que impone el ritmo de vida “acelerado” que llevamos.Sólo una terapia tópica no es suficiente cuando la persona no mejora su “salud” mental. No cambies:- La salud por la riqueza.- La libertad por la opresión.- La humildad por el poder.El amor por el odio.ColaboraAlba BrandtCosmiatraEn [email protected] 4561642
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